Multilingual Scriptures Home » Spanish RV 1909 Bible » Job
Spanish RV 1909 Bible | ||
Chapter # | Verse # | Verse Detail |
1 | 1 | HUBO un varón en tierra de Hus, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal. |
1 | 2 | Y naciéronle siete hijos y tres hijas. |
1 | 3 | Y su hacienda era siete mil ovejas, y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas, y muchísimos criados: y era aquel varón grande más que todos los Orientales. |
1 | 4 | E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban á llamar sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos. |
1 | 5 | Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y santificábalos, y levantábase de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado á Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. |
1 | 6 | Y un día vinieron los hijos de Dios á presentarse delante de Jehová, entre los cuales vino también Satán. |
1 | 7 | Y dijo Jehová á Satán: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satán á Jehová, dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. |
1 | 8 | Y Jehová dijo á Satán: ¿No has considerado á mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal? |
1 | 9 | Y respondiendo Satán á Jehová, dijo: ¿Teme Job á Dios de balde? |
1 | 10 | ¿No le has tú cercado á él, y á su casa, y á todo lo que tiene en derredor? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto su hacienda ha crecido sobre la tierra. |
1 | 11 | Mas extiende ahora tu mano, y toca á todo lo que tiene, y verás si no te blasfema en tu rostro. |
1 | 12 | Y dijo Jehová á Satán: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano: solamente no pongas tu mano sobre él. Y salióse Satán de delante de Jehová. |
1 | 13 | Y un día aconteció que sus hijos é hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, |
1 | 14 | Y vino un mensajero á Job, que le dijo: Estando arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos, |
1 | 15 | Acometieron los Sabeos, y tomáronlos, é hirieron á los mozos á filo de espada: solamente escapé yo para traerte las nuevas. |
1 | 16 | Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los mozos, y los consumió: solamente escapé yo solo para traerte las nuevas. |
1 | 17 | Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los Caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos, y tomáronlos, é hirieron á los mozos á filo de espada; y solamente escapé yo solo para traerte las nuevas. |
1 | 18 | Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; |
1 | 19 | Y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, é hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los mozos, y murieron; y solamente escapé yo solo para traerte las nuevas. |
1 | 20 | Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y trasquiló su cabeza, y cayendo en tierra adoró; |
1 | 21 | Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito. |
1 | 22 | En todo esto no pecó Job, ni atribuyó á Dios despropósito alguno. |
2 | 1 | Y OTRO día aconteció que vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satán vino también entre ellos pareciendo delante de Jehová. |
2 | 2 | Y dijo Jehová á Satán: ¿De dónde vienes? Respondió Satán á Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. |
2 | 3 | Y Jehová dijo á Satán: ¿No has considerado á mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado de mal, y que aun retiene su perfección, habiéndome tú incitado contra él, para que lo arruinara sin causa? |
2 | 4 | Y respondiendo Satán dijo á Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. |
2 | 5 | Mas extiende ahora tu mano, y toca á su hueso y á su carne, y verás si no te blasfema en tu rostro. |
2 | 6 | Y Jehová dijo á Satán: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida. |
2 | 7 | Y salió Satán de delante de Jehová, é hirió á Job de una maligna sarna desde la planta de su pie hasta la mollera de su cabeza. |
2 | 8 | Y tomaba una teja para rascarse con ella, y estaba sentado en medio de ceniza. |
2 | 9 | Díjole entonces su mujer: ¿Aun retienes tú tu simplicidad? Bendice á Dios, y muérete. |
2 | 10 | Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. También recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios. |
2 | 11 | Y tres amigos de Job, Eliphaz Temanita, y Bildad Suhita, y Sophar Naamathita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían concertado de venir juntos á condolecerse de él, y á consolarle. |
2 | 12 | Los cuales alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron á voz en grito; y cada uno de ellos rasgó su manto, y esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo. |
2 | 13 | Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que el dolor era muy grande. |
3 | 1 | DESPUÉS de esto abrió Job su boca, y maldijo su día. |
3 | 2 | Y exclamó Job, y dijo: |
3 | 3 | Perezca el día en que yo nací, Y la noche que se dijo: Varón es concebido. |
3 | 4 | Sea aquel día sombrío, Y Dios no cuide de él desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca. |
3 | 5 | Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; Repose sobre él nublado, Que lo haga horrible como caliginoso día. |
3 | 6 | Ocupe la oscuridad aquella noche; No sea contada entre los días del año, Ni venga en él número de los meses. |
3 | 7 | ¡Oh si fuere aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella! |
3 | 8 | Maldíganla los que maldicen al día, Los que se aprestan para levantar su llanto. |
3 | 9 | Oscurézcanse las estrellas de su alba; Espere la luz, y no venga, Ni vea los párpados de la mañana: |
3 | 10 | Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, Ni escondió de mis ojos la miseria. |
3 | 11 | ¿Por qué no morí yo desde la matriz, O fuí traspasado en saliendo del vientre? |
3 | 12 | ¿Por qué me previnieron las rodillas? ¿Y para qué las tetas que mamase? |
3 | 13 | Pues que ahora yaciera yo, y reposara; Durmiera, y entonces tuviera reposo, |
3 | 14 | Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que edifican para sí los desiertos; |
3 | 15 | O con los príncipes que poseían el oro, Que henchían sus casas de plata. |
3 | 16 | O ¿por qué no fuí escondido como aborto, Como los pequeñitos que nunca vieron luz? |
3 | 17 | Allí los impíos dejan el perturbar, Y allí descansan los de cansadas fuerzas. |
3 | 18 | Allí asimismo reposan los cautivos; No oyen la voz del exactor. |
3 | 19 | Allí están el chico y el grande; Y el siervo libre de su señor. |
3 | 20 | ¿Por qué se da luz al trabajado, Y vida á los de ánimo en amargura, |
3 | 21 | Que esperan la muerte, y ella no llega, Aunque la buscan más que tesoros; |
3 | 22 | Que se alegran sobremanera, Y se gozan, cuando hallan el sepulcro? |
3 | 23 | ¿Por qué al hombre que no sabe por donde vaya, Y al cual Dios ha encerrado? |
3 | 24 | Pues antes que mi pan viene mi suspiro; Y mis gemidos corren como aguas. |
3 | 25 | Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y hame acontecido lo que temía. |
3 | 26 | No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado; Vínome no obstante turbación. |
4 | 1 | Y RESPONDIO Eliphaz el Temanita, y dijo: |
4 | 2 | Si probáremos á hablarte, serte ha molesto; Mas ¿quién podrá detener las palabras? |
4 | 3 | He aquí, tú enseñabas á muchos, Y las manos flacas corroborabas; |
4 | 4 | Al que vacilaba, enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían. |
4 | 5 | Mas ahora que el mal sobre ti ha venido, te es duro; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas. |
4 | 6 | ¿Es este tu temor, tu confianza, Tu esperanza, y la perfección de tus caminos? |
4 | 7 | Recapacita ahora, ¿quién que fuera inocente se perdiera? Y ¿en dónde los rectos fueron cortados? |
4 | 8 | Como yo he visto, los que aran iniquidad Y siembran injuria, la siegan. |
4 | 9 | Perecen por el aliento de Dios, Y por el espíritu de su furor son consumidos. |
4 | 10 | El bramido del león, y la voz del león, Y los dientes de los leoncillos son quebrantados. |
4 | 11 | El león viejo perece por falta de presa, Y los hijos del león son esparcidos. |
4 | 12 | El negocio también me era á mí oculto; Mas mi oído ha percibido algo de ello. |
4 | 13 | En imaginaciones de visiones nocturnas, Cuando el sueño cae sobre los hombres, |
4 | 14 | Sobrevínome un espanto y un temblor, Que estremeció todos mis huesos: |
4 | 15 | Y un espíritu pasó por delante de mí, Que hizo se erizara el pelo de mi carne. |
4 | 16 | Paróse un fantasma delante de mis ojos, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo, oí que decía: |
4 | 17 | ¿Si será el hombre más justo que Dios? ¿Si será el varón más limpio que el que lo hizo? |
4 | 18 | He aquí que en sus siervos no confía, Y notó necedad en sus ángeles |
4 | 19 | ¡Cuánto más en los que habitan en casas de lodo, Cuyo fundamento está en el polvo, Y que serán quebrantados de la polilla! |
4 | 20 | De la mañana á la tarde son quebrantados, Y se pierden para siempre, sin haber quien lo considere. |
4 | 21 | ¿Su hermosura, no se pierde con ellos mismos? Mueren, y sin sabiduría. |
5 | 1 | AHORA pues da voces, si habrá quien te responda; ¿Y á cuál de los santos te volverás? |
5 | 2 | Es cierto que al necio la ira lo mata, Y al codicioso consume la envidia. |
5 | 3 | Yo he visto al necio que echaba raíces, Y en la misma hora maldije su habitación. |
5 | 4 | Sus hijos estarán lejos de la salud, Y en la puerta serán quebrantados, Y no habrá quien los libre. |
5 | 5 | Su mies comerán los hambrientos, Y sacaránla de entre las espinas, Y los sedientos beberán su hacienda. |
5 | 6 | Porque la iniquidad no sale del polvo, Ni la molestia brota de la tierra. |
5 | 7 | Empero como las centellas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción. |
5 | 8 | Ciertamente yo buscaría á Dios, Y depositaría en él mis negocios: |
5 | 9 | El cual hace cosas grandes é inescrutables, Y maravillas que no tienen cuento: |
5 | 10 | Que da la lluvia sobre la haz de la tierra, Y envía las aguas por los campos: |
5 | 11 | Que pone los humildes en altura, Y los enlutados son levantados á salud: |
5 | 12 | Que frustra los pensamientos de los astutos, Para que sus manos no hagan nada: |
5 | 13 | Que prende á los sabios en la astucia de ellos, Y el consejo de los perversos es entontecido; |
5 | 14 | De día se topan con tinieblas, Y en mitad del día andan á tientas como de noche: |
5 | 15 | Y libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, Y de la mano violenta; |
5 | 16 | Pues es esperanza al menesteroso, Y la iniquidad cerrará su boca. |
5 | 17 | He aquí, bienaventurado es el hombre á quien Dios castiga: Por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso. |
5 | 18 | Porque él es el que hace la llaga, y él la vendará: El hiere, y sus manos curan. |
5 | 19 | En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal. |
5 | 20 | En el hambre te redimirá de la muerte, Y en la guerra de las manos de la espada. |
5 | 21 | Del azote de la lengua serás encubierto; Ni temerás de la destrucción cuando viniere. |
5 | 22 | De la destrucción y del hambre te reirás, Y no temerás de las bestias del campo: |
5 | 23 | Pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, Y las bestias del campo te serán pacíficas. |
5 | 24 | Y sabrás que hay paz en tu tienda; Y visitarás tu morada, y no pecarás. |
5 | 25 | Asimismo echarás de ver que tu simiente es mucha, Y tu prole como la hierba de la tierra. |
5 | 26 | Y vendrás en la vejez á la sepultura, Como el montón de trigo que se coge á su tiempo. |
5 | 27 | He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo. |
6 | 1 | Y RESPONDIO Job y dijo: |
6 | 2 | ¡Oh si pesasen al justo mi queja y mi tormento, Y se alzasen igualmente en balanza! |
6 | 3 | Porque pesaría aquél más que la arena del mar: Y por tanto mis palabras son cortadas. |
6 | 4 | Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, Cuyo veneno bebe mi espíritu; Y terrores de Dios me combaten. |
6 | 5 | ¿Acaso gime el asno montés junto á la hierba? ¿Muge el buey junto á su pasto? |
6 | 6 | ¿Comeráse lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en la clara del huevo? |
6 | 7 | Las cosas que mi alma no quería tocar, Por los dolores son mi comida. |
6 | 8 | ¡Quién me diera que viniese mi petición, Y que Dios me otorgase lo que espero; |
6 | 9 | Y que pluguiera á Dios quebrantarme; Que soltara su mano, y me deshiciera! |
6 | 10 | Y sería aún mi consuelo, Si me asaltase con dolor sin dar más tregua, Que yo no he escondido las palabras del Santo. |
6 | 11 | ¿Cuál es mi fortaleza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para dilatar mi vida? |
6 | 12 | ¿Es mi fortaleza la de las piedras? ¿O mi carne, es de acero? |
6 | 13 | ¿No me ayudo cuanto puedo, Y el poder me falta del todo? |
6 | 14 | El atribulado es consolado de su compañero: Mas hase abandonado el temor del Omnipotente. |
6 | 15 | Mis hermanos han mentido cual arroyo: Pasáronse como corrientes impetuosas, |
6 | 16 | Que están escondidas por la helada, Y encubiertas con nieve; |
6 | 17 | Que al tiempo del calor son deshechas, Y en calentándose, desaparecen de su lugar; |
6 | 18 | Apártanse de la senda de su rumbo, Van menguando y piérdense. |
6 | 19 | Miraron los caminantes de Temán, Los caminantes de Saba esperaron en ellas: |
6 | 20 | Mas fueron avergonzados por su esperanza; Porque vinieron hasta ellas, y halláronse confusos. |
6 | 21 | Ahora ciertamente como ellas sois vosotros: Que habéis visto el tormento, y teméis. |
6 | 22 | ¿Os he dicho yo: Traedme, Y pagad por mí de vuestra hacienda; |
6 | 23 | Y libradme de la mano del opresor, Y redimidme del poder de los violentos? |
6 | 24 | Enseñadme, y yo callaré: Y hacedme entender en qué he errado. |
6 | 25 | ¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Mas ¿qué reprende el que reprende de vosotros? |
6 | 26 | ¿Pensáis censurar palabras, Y los discursos de un desesperado, que son como el viento? |
6 | 27 | También os arrojáis sobre el huérfano, Y hacéis hoyo delante de vuestro amigo. |
6 | 28 | Ahora pues, si queréis, mirad en mí, Y ved si miento delante de vosotros. |
6 | 29 | Tornad ahora, y no haya iniquidad; Volved aún á considerar mi justicia en esto. |
6 | 30 | ¿Hay iniquidad en mi lengua? ¿No puede mi paladar discernir las cosas depravadas? |
7 | 1 | CIERTAMENTE tiempo limitado tiene el hombre sobre la tierra, Y sus días son como los días del jornalero. |
7 | 2 | Como el siervo anhela la sombra, Y como el jornalero espera el reposo de su trabajo: |
7 | 3 | Así poseo yo meses de vanidad, Y noches de trabajo me dieron por cuenta. |
7 | 4 | Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Y mide mi corazón la noche, Y estoy harto de devaneos hasta el alba. |
7 | 5 | Mi carne está vestida de gusanos, y de costras de polvo; Mi piel hendida y abominable. |
7 | 6 | Y mis días fueron más ligeros que la lanzadera del tejedor, Y fenecieron sin esperanza. |
7 | 7 | Acuérdate que mi vida es viento, Y que mis ojos no volverán á ver el bien. |
7 | 8 | Los ojos de los que me ven, no me verán más: Tus ojos sobre mí, y dejaré de ser. |
7 | 9 | La nube se consume, y se va: Así el que desciende al sepulcro no subirá; |
7 | 10 | No tornará más á su casa, Ni su lugar le conocerá más. |
7 | 11 | Por tanto yo no reprimiré mi boca; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y quejaréme con la amargura de mi alma. |
7 | 12 | ¿Soy yo la mar, ó ballena, Que me pongas guarda? |
7 | 13 | Cuando digo: Mi cama me consolará, Mi cama atenuará mis quejas; |
7 | 14 | Entonces me quebrantarás con sueños, Y me turbarás con visiones. |
7 | 15 | Y así mi alma tuvo por mejor el ahogamiento, Y quiso la muerte más que mis huesos. |
7 | 16 | Aburríme: no he de vivir yo para siempre; Déjáme, pues que mis días son vanidad. |
7 | 17 | ¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, Y que pongas sobre él tu corazón, |
7 | 18 | Y lo visites todas las mañanas, Y todos los momentos lo pruebes? |
7 | 19 | ¿Hasta cuándo no me dejarás, Ni me soltarás hasta que trague mi saliva? |
7 | 20 | Pequé, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario á ti, Y que á mí mismo sea pesado? |
7 | 21 | ¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, Y si me buscares de mañana, ya no seré. |
8 | 1 | Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo: |
8 | 2 | ¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, Y las palabras de tu boca serán como un viento fuerte? |
8 | 3 | ¿Acaso pervertirá Dios el derecho, O el Todopoderoso pervertirá la justicia? |
8 | 4 | Si tus hijos pecaron contra él, El los echó en el lugar de su pecado. |
8 | 5 | Si tú de mañana buscares á Dios, Y rogares al Todopoderoso; |
8 | 6 | Si fueres limpio y derecho, Cierto luego se despertará sobre ti, Y hará próspera la morada de tu justicia. |
8 | 7 | Y tu principio habrá sido pequeño, Y tu postrimería acrecerá en gran manera. |
8 | 8 | Porque pregunta ahora á la edad pasada, Y disponte para inquirir de sus padres de ellos; |
8 | 9 | Pues nosotros somos de ayer, y no sabemos, Siendo nuestros días sobre la tierra como sombra. |
8 | 10 | ¿No te enseñarán ellos, te dirán, Y de su corazón sacarán palabras? |
8 | 11 | ¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua? |
8 | 12 | Aun él en su verdor no será cortado, Y antes de toda hierba se secará. |
8 | 13 | Tales son los caminos de todos los que olvidan á Dios: Y la esperanza del impío perecerá: |
8 | 14 | Porque su esperanza será cortada, Y su confianza es casa de araña. |
8 | 15 | Apoyaráse él sobre su casa, mas no permanecerá en pie; Atendráse á ella, mas no se afirmará. |
8 | 16 | A manera de un árbol, está verde delante del sol, Y sus renuevos salen sobre su huerto; |
8 | 17 | Vanse entretejiendo sus raíces junto á una fuente, Y enlazándose hasta un lugar pedregoso. |
8 | 18 | Si le arrancaren de su lugar, Este negarále entonces, diciendo: Nunca te vi. |
8 | 19 | Ciertamente éste será el gozo de su camino; Y de la tierra de donde se traspusiere, nacerán otros. |
8 | 20 | He aquí, Dios no aborrece al perfecto, Ni toma la mano de los malignos. |
8 | 21 | Aun henchirá tu boca de risa, Y tus labios de júbilo. |
8 | 22 | Los que te aborrecen, serán vestidos de confusión; Y la habitación de los impíos perecerá. |
9 | 1 | Y RESPONDIO Job, y dijo: |
9 | 2 | Ciertamente yo conozco que es así: ¿Y cómo se justificará el hombre con Dios? |
9 | 3 | Si quisiere contender con él, No le podrá responder á una cosa de mil. |
9 | 4 | El es sabio de corazón, y poderoso en fortaleza, ¿Quién se endureció contra él, y quedó en paz? |
9 | 5 | Que arranca los montes con su furor, Y no conocen quién los trastornó: |
9 | 6 | Que remueve la tierra de su lugar, Y hace temblar sus columnas: |
9 | 7 | Que manda al sol, y no sale; Y sella las estrellas: |
9 | 8 | El que extiende solo los cielos, Y anda sobre las alturas de la mar: |
9 | 9 | El que hizo el Arcturo, y el Orión, y las Pléyadas, Y los lugares secretos del mediodía: |
9 | 10 | El que hace cosas grandes é incomprensibles, Y maravillosas, sin número. |
9 | 11 | He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; Y pasará, y no lo entenderé. |
9 | 12 | He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá, Qué haces? |
9 | 13 | Dios no tornará atrás su ira, Y debajo de él se encorvan los que ayudan á los soberbios. |
9 | 14 | ¿Cuánto menos le responderé yo, Y hablaré con él palabras estudiadas? |
9 | 15 | Que aunque fuese yo justo, no responderé; Antes habré de rogar á mi juez. |
9 | 16 | Que si yo le invocase, y él me respondiese, Aun no creeré que haya escuchado mi voz. |
9 | 17 | Porque me ha quebrado con tempestad, Y ha aumentado mis heridas sin causa. |
9 | 18 | No me ha concedido que tome mi aliento; Mas hame hartado de amarguras. |
9 | 19 | Si habláremos de su potencia, fuerte por cierto es; Si de juicio, ¿quién me emplazará? |
9 | 20 | Si yo me justificare, me condenará mi boca; Si me dijere perfecto, esto me hará inicuo. |
9 | 21 | Bien que yo fuese íntegro, no conozco mi alma: Reprocharé mi vida. |
9 | 22 | Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume. |
9 | 23 | Si azote mata de presto, Ríese de la prueba de los inocentes. |
9 | 24 | La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él, ¿quién es? ¿dónde está? |
9 | 25 | Mis días han sido más ligeros que un correo; Huyeron, y no vieron el bien. |
9 | 26 | Pasaron cual navíos veloces: Como el águila que se arroja á la comida. |
9 | 27 | Si digo: Olvidaré mi queja, Dejaré mi aburrimiento, y esforzaréme: |
9 | 28 | Contúrbanme todos mis trabajos; Sé que no me darás por libre. |
9 | 29 | Yo soy impío, ¿Para qué trabajaré en vano? |
9 | 30 | Aunque me lave con aguas de nieve, Y limpie mis manos con la misma limpieza, |
9 | 31 | Aun me hundirás en el hoyo, Y mis propios vestidos me abominarán. |
9 | 32 | Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, Y vengamos juntamente á juicio. |
9 | 33 | No hay entre nosotros árbitro Que ponga su mano sobre nosotros ambos. |
9 | 34 | Quite de sobre mí su vara, Y su terror no me espante. |
9 | 35 | Entonces hablaré, y no le temeré: Porque así no estoy en mí mismo. |
10 | 1 | ESTA mi alma aburrida de mi vida: Daré yo suelta á mi queja sobre mí, Hablaré con amargura de mi alma. |
10 | 2 | Diré á Dios: no me condenes; Hazme entender por qué pleiteas conmigo. |
10 | 3 | ¿Parécete bien que oprimas, Que deseches la obra de tus manos, Y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos? |
10 | 4 | ¿Tienes tú ojos de carne? ¿Ves tú como ve el hombre? |
10 | 5 | ¿Son tus días como los días del hombre, O tus años como los tiempos humanos, |
10 | 6 | Para que inquieras mi iniquidad, Y busques mi pecado, |
10 | 7 | Sobre saber tú que no soy impío, Y que no hay quien de tu mano libre? |
10 | 8 | Tus manos me formaron y me compusieron Todo en contorno: ¿y así me deshaces? |
10 | 9 | Acuérdate ahora que como á lodo me diste forma: ¿Y en polvo me has de tornar? |
10 | 10 | ¿No me fundiste como leche, Y como un queso me cuajaste? |
10 | 11 | Vestísteme de piel y carne, Y cubrísteme de huesos y nervios. |
10 | 12 | Vida y misericordia me concediste, Y tu visitación guardó mi espíritu. |
10 | 13 | Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; Yo sé que esto está cerca de ti. |
10 | 14 | Si pequé, tú me has observado, Y no me limpias de mi iniquidad. |
10 | 15 | Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, Estando harto de deshonra, Y de verme afligido. |
10 | 16 | Y subirá de punto, pues me cazas como á león, Y tornas á hacer en mí maravillas. |
10 | 17 | Renuevas contra mí tus plagas, Y aumentas conmigo tu furor, Remudándose sobre mí ejércitos. |
10 | 18 | ¿Por qué me sacaste de la matriz? Habría yo espirado, y no me vieran ojos. |
10 | 19 | Fuera, como si nunca hubiera sido, Llevado desde el vientre á la sepultura. |
10 | 20 | ¿No son mis días poca cosa? Cesa pues, y déjame, para que me conforte un poco. |
10 | 21 | Antes que vaya para no volver, A la tierra de tinieblas y de sombra de muerte; |
10 | 22 | Tierra de oscuridad, lóbrega Como sombra de muerte, sin orden, Y que aparece como la oscuridad misma. |
11 | 1 | Y RESPONDIO Sophar Naamathita, y dijo: |
11 | 2 | ¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre parlero será justificado? |
11 | 3 | ¿Harán tus falacias callar á los hombres? ¿Y harás escarnio, y no habrá quien te avergüence? |
11 | 4 | Tú dices: Mi conversar es puro, Y yo soy limpio delante de tus ojos. |
11 | 5 | Mas ¡oh quién diera que Dios hablara, Y abriera sus labios contigo, |
11 | 6 | Y que te declarara los arcanos de la sabiduría, Que son de doble valor que la hacienda! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos que tu iniquidad merece. |
11 | 7 | ¿Alcanzarás tú el rastro de Dios? ¿Llegarás tú á la perfección del Todopoderoso? |
11 | 8 | Es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás? |
11 | 9 | Su dimensión es más larga que la tierra, Y más ancha que la mar. |
11 | 10 | Si cortare, ó encerrare, O juntare, ¿quién podrá contrarrestarle? |
11 | 11 | Porque él conoce á los hombres vanos: Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso? |
11 | 12 | El hombre vano se hará entendido, Aunque nazca como el pollino del asno montés. |
11 | 13 | Si tú apercibieres tu corazón, Y extendieres á él tus manos; |
11 | 14 | Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more maldad en tus habitaciones; |
11 | 15 | Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte y no temerás: |
11 | 16 | Y olvidarás tu trabajo, O te acordarás de él como de aguas que pasaron: |
11 | 17 | Y en mitad de la siesta se levantará bonanza; Resplandecerás, y serás como la mañana: |
11 | 18 | Y confiarás, que habrá esperanza; Y cavarás, y dormirás seguro: |
11 | 19 | Y te acostarás, y no habrá quien te espante: Y muchos te rogarán. |
11 | 20 | Mas los ojos de los malos se consumirán, Y no tendrán refugio; Y su esperanza será agonía del alma. |
12 | 1 | Y RESPONDIO Job, y dijo: |
12 | 2 | Ciertamente que vosotros sois el pueblo; Y con vosotros morirá la sabiduría. |
12 | 3 | También tengo yo seso como vosotros; No soy yo menos que vosotros: ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto? |
12 | 4 | Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido. |
12 | 5 | Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras. |
12 | 6 | Prosperan las tiendas de los ladrones, Y los que provocan á Dios viven seguros; En cuyas manos él ha puesto cuanto tienen. |
12 | 7 | Y en efecto, pregunta ahora á las bestias, que ellas te enseñarán; Y á las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán; |
12 | 8 | O habla á la tierra, que ella te enseñará; Los peces de la mar te lo declararán también. |
12 | 9 | ¿Qué cosa de todas estas no entiende Que la mano de Jehová la hizo? |
12 | 10 | En su mano está el alma de todo viviente, Y el espíritu de toda carne humana. |
12 | 11 | Ciertamente el oído distingue las palabras, Y el paladar gusta las viandas. |
12 | 12 | En los viejos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia. |
12 | 13 | Con Dios está la sabiduría y la fortaleza; Suyo es el consejo y la inteligencia. |
12 | 14 | He aquí, él derribará, y no será edificado: Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra. |
12 | 15 | He aquí, el detendrá las aguas, y se secarán; El las enviará, y destruirán la tierra. |
12 | 16 | Con él está la fortaleza y la existencia; Suyo es el que yerra, y el que hace errar. |
12 | 17 | El hace andar á los consejeros desnudos de consejo, Y hace enloquecer á los jueces. |
12 | 18 | El suelta la atadura de los tiranos, Y ata el cinto á sus lomos. |
12 | 19 | El lleva despojados á los príncipes, Y trastorna á los poderosos. |
12 | 20 | El impide el labio á los que dicen verdad, Y quita á los ancianos el consejo. |
12 | 21 | El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y enflaquece la fuerza de los esforzados. |
12 | 22 | El descubre las profundidades de las tinieblas, Y saca á luz la sombra de muerte. |
12 | 23 | El multiplica las gentes, y él las destruye: El esparce las gentes, y las torna á recoger. |
12 | 24 | El quita el seso de las cabezas del pueblo de la tierra, Y háceles que se pierdan vagueando sin camino: |
12 | 25 | Van á tientas como en tinieblas y sin luz, Y los hace errar como borrachos. |
13 | 1 | HE AQUI que todas estas cosas han visto mis ojos, Y oído y entendido de por sí mis oídos. |
13 | 2 | Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; No soy menos que vosotros. |
13 | 3 | Mas yo hablaría con el Todopoderoso, Y querría razonar con Dios. |
13 | 4 | Que ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; Sois todos vosotros médicos nulos. |
13 | 5 | Ojalá callarais del todo, Porque os fuera sabiduría. |
13 | 6 | Oid ahora mi razonamiento, Y estad atentos á los argumentos de mis labios. |
13 | 7 | ¿Habéis de hablar iniquidad por Dios? ¿Habéis de hablar por él engaño? |
13 | 8 | ¿Habéis de hacer acepción de su persona? ¿Habéis de pleitear vosotros por Dios? |
13 | 9 | ¿Sería bueno que él os escudriñase? ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre? |
13 | 10 | El os reprochará de seguro, Si solapadamente hacéis acepción de personas. |
13 | 11 | De cierto su alteza os había de espantar, Y su pavor había de caer sobre vosotros. |
13 | 12 | Vuestras memorias serán comparadas á la ceniza, Y vuestros cuerpos como cuerpos de lodo. |
13 | 13 | Escuchadme, y hablaré yo, Y véngame después lo que viniere. |
13 | 14 | ¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, Y pondré mi alma en mi mano? |
13 | 15 | He aquí, aunque me matare, en él esperaré; Empero defenderé delante de él mis caminos. |
13 | 16 | Y él mismo me será salud, Porque no entrará en su presencia el hipócrita. |
13 | 17 | Oid con atención mi razonamiento, Y mi denunciación con vuestros oídos. |
13 | 18 | He aquí ahora, si yo me apercibiere á juicio, Sé que seré justificado. |
13 | 19 | ¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, fenecería. |
13 | 20 | A lo menos dos cosas no hagas conmigo; Entonces no me esconderé de tu rostro: |
13 | 21 | Aparta de mí tu mano, Y no me asombre tu terror. |
13 | 22 | Llama luego, y yo responderé; O yo hablaré, y respóndeme tú. |
13 | 23 | ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi prevaricación y mi pecado. |
13 | 24 | ¿Por qué escondes tu rostro, Y me cuentas por tu enemigo? |
13 | 25 | ¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y á una arista seca has de perseguir? |
13 | 26 | ¿Por qué escribes contra mí amarguras, Y me haces cargo de los pecados de mi mocedad? |
13 | 27 | Pones además mis pies en el cepo, y guardas todos mis caminos, Imprimiéndolo á las raíces de mis pies. |
13 | 28 | Y el cuerpo mío se va gastando como de carcoma, Como vestido que se come de polilla. |
14 | 1 | EL HOMBRE nacido de mujer, Corto de días, y harto de sinsabores: |
14 | 2 | Que sale como una flor y es cortado; Y huye como la sombra, y no permanece. |
14 | 3 | ¿Y sobre éste abres tus ojos, Y me traes á juicio contigo? |
14 | 4 | ¿Quién hará limpio de inmundo? Nadie. |
14 | 5 | Ciertamente sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti: Tú le pusiste términos, de los cuales no pasará. |
14 | 6 | Si tú lo dejares, él dejará de ser: Entre tanto deseará, como el jornalero, su día. |
14 | 7 | Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñecerá aún, Y sus renuevos no faltarán. |
14 | 8 | Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo, |
14 | 9 | Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta. |
14 | 10 | Mas el hombre morirá, y será cortado; Y perecerá el hombre, ¿y dónde estará él? |
14 | 11 | Las aguas de la mar se fueron, Y agotóse el río, secóse. |
14 | 12 | Así el hombre yace, y no se tornará á levantar: Hasta que no haya cielo no despertarán, Ni se levantarán de su sueño. |
14 | 13 | ¡Oh quién me diera que me escondieses en el sepulcro, Que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras! |
14 | 14 | Si el hombre muriere, ¿volverá á vivir? Todos los días de mi edad esperaré, Hasta que venga mi mutación. |
14 | 15 | Aficionado á la obra de tus manos, Llamarás, y yo te responderé. |
14 | 16 | Pues ahora me cuentas los pasos, Y no das tregua á mi pecado. |
14 | 17 | Tienes sellada en saco mi prevaricación, Y coacervas mi iniquidad. |
14 | 18 | Y ciertamente el monte que cae se deshace, Y las peñas son traspasadas de su lugar; |
14 | 19 | Las piedras son desgastadas con el agua impetuosa, Que se lleva el polvo de la tierra: de tal manera haces tú perecer la esperanza del hombre. |
14 | 20 | Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; Demudarás su rostro, y enviaráslo. |
14 | 21 | Sus hijos serán honrados, y él no lo sabrá; O serán humillados, y no entenderá de ellos. |
14 | 22 | Mas su carne sobre él se dolerá, Y entristecerse ha en él su alma. |
15 | 1 | Y RESPONDIO Eliphaz Temanita, y dijo: |
15 | 2 | ¿Si proferirá el sabio vana sabiduría, Y henchirá su vientre de viento solano? |
15 | 3 | ¿Disputará con palabras inútiles, Y con razones sin provecho? |
15 | 4 | Tú también disipas el temor, Y menoscabas la oración delante de Dios. |
15 | 5 | Porque tu boca declaró tu iniquidad, Pues has escogido el hablar de los astutos. |
15 | 6 | Tu boca te condenará, y no yo; Y tus labios testificarán contra ti. |
15 | 7 | ¿Naciste tú primero que Adam? ¿O fuiste formado antes que los collados? |
15 | 8 | ¿Oíste tú el secreto de Dios, Que detienes en ti solo la sabiduría? |
15 | 9 | ¿Qué sabes tú que no sepamos? ¿Qué entiendes que no se halle en nosotros? |
15 | 10 | Entre nosotros también hay cano, también hay viejo Mucho mayor en días que tu padre. |
15 | 11 | ¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti? |
15 | 12 | ¿Por qué te enajena tu corazón, Y por qué guiñan tus ojos, |
15 | 13 | Pues haces frente á Dios con tu espíritu, Y sacas tales palabras de tu boca? |
15 | 14 | ¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio, Y que se justifique el nacido de mujer? |
15 | 15 | He aquí que en sus santos no confía, Y ni los cielos son limpios delante de sus ojos: |
15 | 16 | ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, Que bebe la iniquidad como agua? |
15 | 17 | Escúchame; yo te mostraré Y te contaré lo que he visto: |
15 | 18 | (Lo que los sabios nos contaron De sus padres, y no lo encubrieron; |
15 | 19 | A los cuales solos fué dada la tierra, Y no pasó extraño por medio de ellos:) |
15 | 20 | Todos los días del impío, él es atormentado de dolor, Y el número de años es escondido al violento. |
15 | 21 | Estruendos espantosos hay en sus oídos; En la paz le vendrá quien lo asuele. |
15 | 22 | El no creerá que ha de volver de las tinieblas, Y está mirando al cuchillo. |
15 | 23 | Desasosegado á comer siempre, Sabe que le está aparejado día de tinieblas. |
15 | 24 | Tribulación y angustia le asombrarán, Y esforzaránse contra él como un rey apercibido para la batalla. |
15 | 25 | Por cuanto él extendió su mano contra Dios, Y se esforzó contra el Todopoderoso, |
15 | 26 | El le acometerá en la cerviz, En lo grueso de las hombreras de sus escudos: |
15 | 27 | Porque cubrió su rostro con su gordura, E hizo pliegues sobre los ijares; |
15 | 28 | Y habitó las ciudades asoladas, Las casas inhabitadas, Que estaban puestas en montones. |
15 | 29 | No enriquecerá, ni será firme su potencia, Ni extenderá por la tierra su hermosura. |
15 | 30 | No se escapará de las tinieblas: La llama secará sus ramos, Y con el aliento de su boca perecerá. |
15 | 31 | No confíe el iluso en la vanidad; Porque ella será su recompensa. |
15 | 32 | El será cortado antes de su tiempo, Y sus renuevos no reverdecerán. |
15 | 33 | El perderá su agraz como la vid, Y derramará su flor como la oliva. |
15 | 34 | Porque la sociedad de los hipócritas será asolada, Y fuego consumirá las tiendas de soborno. |
15 | 35 | Concibieron dolor, y parieron iniquidad; Y las entradas de ellos meditan engaño. |
16 | 1 | Y RESPONDIO Job, y dijo: |
16 | 2 | Muchas veces he oído cosas como estas: Consoladores molestos sois todos vosotros. |
16 | 3 | ¿Tendrán fin las palabras ventosas? O ¿qué te animará á responder? |
16 | 4 | También yo hablaría como vosotros. Ojalá vuestra alma estuviera en lugar de la mía, Que yo os tendría compañía en las palabras, Y sobre vosotros movería mi cabeza. |
16 | 5 | Mas yo os alentaría con mis palabras, Y la consolación de mis labios apaciguaría el dolor vuestro. |
16 | 6 | Si hablo, mi dolor no cesa; Y si dejo de hablar, no se aparta de mí. |
16 | 7 | Empero ahora me ha fatigado: Has tú asolado toda mi compañía. |
16 | 8 | Tú me has arrugado; testigo es mi flacura, Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro. |
16 | 9 | Su furor me destrizó, y me ha sido contrario: Crujió sus dientes contra mí; Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo. |
16 | 10 | Abrieron contra mí su boca; Hirieron mis mejillas con afrenta; Contra mí se juntaron todos. |
16 | 11 | Hame entregado Dios al mentiroso, Y en las manos de los impíos me hizo estremecer. |
16 | 12 | Próspero estaba, y desmenuzóme: Y arrebatóme por la cerviz, y despedazóme, Y púsome por blanco suyo. |
16 | 13 | Cercáronme sus flecheros, Partió mis riñones, y no perdonó: Mi hiel derramó por tierra. |
16 | 14 | Quebrantóme de quebranto sobre quebranto; Corrió contra mí como un gigante. |
16 | 15 | Yo cosí saco sobre mi piel, Y cargué mi cabeza de polvo. |
16 | 16 | Mi rostro está enlodado con lloro, Y mis párpados entenebrecidos: |
16 | 17 | A pesar de no haber iniquidad en mis manos, Y de haber sido mi oración pura. |
16 | 18 | ¡Oh tierra! no cubras mi sangre, Y no haya lugar á mi clamor. |
16 | 19 | Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas. |
16 | 20 | Disputadores son mis amigos: Mas á Dios destilarán mis ojos. |
16 | 21 | ¡Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios, Como con su prójimo! |
16 | 22 | Mas los años contados vendrán, Y yo iré el camino por donde no volveré. |
17 | 1 | MI ALIENTO está corrompido, acórtanse mis días, Y me está aparejado el sepulcro. |
17 | 2 | No hay conmigo sino escarnecedores, En cuya acrimonia se detienen mis ojos. |
17 | 3 | Pon ahora, dame fianza para litigar contigo: ¿Quién tocará ahora mi mano? |
17 | 4 | Porque á éstos has tú escondido su corazón de inteligencia: Por tanto, no los ensalzarás. |
17 | 5 | El que denuncia lisonjas á sus prójimos, Los ojos de sus hijos desfallezcan. |
17 | 6 | El me ha puesto por parábola de pueblos, Y delante de ellos he sido como tamboril. |
17 | 7 | Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento, Y mis pensamientos todos son como sombra. |
17 | 8 | Los rectos se maravillarán de esto, Y el inocente se levantará contra el hipócrita. |
17 | 9 | No obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos aumentará la fuerza. |
17 | 10 | Mas volved todos vosotros, y venid ahora, Que no hallaré entre vosotros sabio. |
17 | 11 | Pasáronse mis días, fueron arrancados mis pensamientos, Los designios de mi corazón. |
17 | 12 | Pusieron la noche por día, Y la luz se acorta delante de las tinieblas. |
17 | 13 | Si yo espero, el sepulcro es mi casa: Haré mi cama en las tinieblas. |
17 | 14 | A la huesa tengo dicho: Mi padre eres tú; A los gusanos: Mi madre y mi hermana. |
17 | 15 | ¿Dónde pues estará ahora mi esperanza? Y mi esperanza ¿quién la verá? |
17 | 16 | A los rincones de la huesa descenderán, Y juntamente descansarán en el polvo. |
18 | 1 | Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo: |
18 | 2 | ¿Cuándo pondréis fin á las palabras? Entended, y después hablemos. |
18 | 3 | ¿Por qué somos tenidos por bestias, Y en vuestros ojos somos viles? |
18 | 4 | Oh tú, que despedazas tu alma con tu furor, ¿Será dejada la tierra por tu causa, Y serán traspasadas de su lugar las peñas? |
18 | 5 | Ciertamente la luz de los impíos será apagada, Y no resplandecerá la centella de su fuego. |
18 | 6 | La luz se oscurecerá en su tienda, Y apagaráse sobre él su lámpara. |
18 | 7 | Los pasos de su pujanza serán acortados, Y precipitarálo su mismo consejo. |
18 | 8 | Porque red será echada en sus pies, Y sobre red andará. |
18 | 9 | Lazo prenderá su calcañar: Afirmaráse la trampa contra él. |
18 | 10 | Su cuerda está escondida en la tierra, Y su torzuelo sobre la senda. |
18 | 11 | De todas partes lo asombrarán temores, Y haránle huir desconcertado. |
18 | 12 | Su fuerza será hambrienta, Y á su lado estará aparejado quebrantamiento. |
18 | 13 | El primogénito de la muerte comerá los ramos de su piel, Y devorará sus miembros. |
18 | 14 | Su confianza será arrancada de su tienda, Y harále esto llevar al rey de los espantos. |
18 | 15 | En su tienda morará como si no fuese suya: Piedra azufre será esparcida sobre su morada. |
18 | 16 | Abajo se secarán sus raíces, Y arriba serán cortadas sus ramas. |
18 | 17 | Su memoria perecerá de la tierra, Y no tendrá nombre por las calles. |
18 | 18 | De la luz será lanzado á las tinieblas, Y echado fuera del mundo. |
18 | 19 | No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, Ni quien le suceda en sus moradas. |
18 | 20 | Sobre su día se espantarán los por venir, Como ocupó el pavor á los que fueron antes. |
18 | 21 | Ciertamente tales son las moradas del impío, Y este será el lugar del que no conoció á Dios. |
19 | 1 | Y RESPONDIO Job, y dijo: |
19 | 2 | ¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma, Y me moleréis con palabras? |
19 | 3 | Ya me habéis vituperado diez veces: ¿No os avergonzáis de descomediros delante de mí? |
19 | 4 | Sea así que realmente haya yo errado, Conmigo se quedará mi yerro. |
19 | 5 | Mas si vosotros os engrandeciereis contra mí, Y adujereis contra mí mi oprobio, |
19 | 6 | Sabed ahora que Dios me ha trastornado, Y traído en derredor su red sobre mí. |
19 | 7 | He aquí yo clamaré agravio, y no seré oído: Daré voces, y no habrá juicio. |
19 | 8 | Cercó de vallado mi camino, y no pasaré; Y sobre mis veredas puso tinieblas. |
19 | 9 | Hame despojado de mi gloria, Y quitado la corona de mi cabeza. |
19 | 10 | Arruinóme por todos lados, y perezco; Y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado. |
19 | 11 | E hizo inflamar contra mí su furor, Y contóme para sí entre sus enemigos. |
19 | 12 | Vinieron sus ejércitos á una, y trillaron sobre mí su camino, Y asentaron campo en derredor de mi tienda. |
19 | 13 | Hizo alejar de mí mis hermanos, Y positivamente se extrañaron de mí mis conocidos. |
19 | 14 | Mis parientes se detuvieron, Y mis conocidos se olvidaron de mí. |
19 | 15 | Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; Forastero fuí yo en sus ojos. |
19 | 16 | Llamé á mi siervo, y no respondió; De mi propia boca le suplicaba. |
19 | 17 | Mi aliento vino á ser extraño á mi mujer, Aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba. |
19 | 18 | Aun los muchachos me menospreciaron: En levantándome, hablaban contra mí. |
19 | 19 | Todos mis confidentes me aborrecieron; Y los que yo amaba, se tornaron contra mí. |
19 | 20 | Mi cuero y mi carne se pegaron á mis huesos; Y he escapado con la piel de mis dientes. |
19 | 21 | Oh vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí; Porque la mano de Dios me ha tocado. |
19 | 22 | ¿Por qué me perseguís como Dios, Y no os hartáis de mis carnes? |
19 | 23 | ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ¡Quién diese que se escribieran en un libro! |
19 | 24 | ¡Que con cincel de hierro y con plomo Fuesen en piedra esculpidas para siempre! |
19 | 25 | Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo: |
19 | 26 | Y después de deshecha esta mi piel, Aun he de ver en mi carne á Dios; |
19 | 27 | Al cual yo tengo de ver por mí, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mis riñones se consuman dentro de mí. |
19 | 28 | Mas debierais decir: ¿Por qué lo perseguimos? Ya que la raíz del negocio en mí se halla. |
19 | 29 | Temed vosotros delante de la espada; Porque sobreviene el furor de la espada á causa de las injusticias, Para que sepáis que hay un juicio. |
20 | 1 | Y RESPONDIO Sophar Naamathita, y dijo: |
20 | 2 | Por cierto mis pensamientos me hacen responder, Y por tanto me apresuro. |
20 | 3 | La reprensión de mi censura he oído, Y háceme responder el espíritu de mi inteligencia. |
20 | 4 | ¿No sabes esto que fué siempre, Desde el tiempo que fué puesto el hombre sobre la tierra, |
20 | 5 | Que la alegría de los impíos es breve, Y el gozo del hipócrita por un momento? |
20 | 6 | Si subiere su altivez hasta el cielo, Y su cabeza tocare en las nubes, |
20 | 7 | Con su estiércol perecerá para siempre: Los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él? |
20 | 8 | Como sueño volará, y no será hallado: Y disiparáse como visión nocturna. |
20 | 9 | El ojo que le habrá visto, nunca más le verá; Ni su lugar le echará más de ver. |
20 | 10 | Sus hijos pobres andarán rogando; Y sus manos tornarán lo que él robó. |
20 | 11 | Sus huesos están llenos de sus mocedades, Y con él serán sepultados en el polvo. |
20 | 12 | Si el mal se endulzó en su boca, Si lo ocultaba debajo de su lengua; |
20 | 13 | Si le parecía bien, y no lo dejaba, Mas antes lo detenía entre su paladar; |
20 | 14 | Su comida se mudará en sus entrañas, Hiel de áspides será dentro de él. |
20 | 15 | Devoró riquezas, mas vomitarálas; De su vientre las sacará Dios. |
20 | 16 | Veneno de áspides chupará; Matarálo lengua de víbora. |
20 | 17 | No verá los arroyos, los ríos, Los torrentes de miel y de manteca. |
20 | 18 | Restituirá el trabajo conforme á la hacienda que tomó; Y no tragará, ni gozará. |
20 | 19 | Por cuanto quebrantó y desamparó á los pobres, Robó casas, y no las edificó; |
20 | 20 | Por tanto, no sentirá él sosiego en su vientre, Ni salvará nada de lo que codiciaba. |
20 | 21 | No quedó nada que no comiese: Por tanto su bien no será durable. |
20 | 22 | Cuando fuere lleno su bastimento, tendrá angustia: Las manos todas de los malvados vendrán sobre él. |
20 | 23 | Cuando se pusiere á henchir su vientre, Dios enviará sobre él el furor de su ira, Y harála llover sobre él y sobre su comida. |
20 | 24 | Huirá de las armas de hierro, Y el arco de acero le atravesará. |
20 | 25 | Desenvainará y sacará saeta de su aljaba, Y relumbrante pasará por su hiel: Sobre él vendrán terrores. |
20 | 26 | Todas tinieblas están guardadas para sus secretos: Fuego no soplado lo devorará; Su sucesor será quebrantado en su tienda. |
20 | 27 | Los cielos descubrirán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él. |
20 | 28 | Los renuevos de su casa serán trasportados; Serán derramados en el día de su furor. |
20 | 29 | Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, Y la heredad que Dios le señala por su palabra. |
21 | 1 | Y RESPONDIO Job, y dijo: |
21 | 2 | Oid atentamente mi palabra, Y sea esto vuestros consuelos. |
21 | 3 | Soportadme, y yo hablaré; Y después que hubiere hablado, escarneced. |
21 | 4 | ¿Hablo yo á algún hombre? Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu? |
21 | 5 | Miradme, y espantaos, Y poned la mano sobre la boca. |
21 | 6 | Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, Y toma temblor mi carne. |
21 | 7 | ¿Por qué viven los impíos, Y se envejecen, y aun crecen en riquezas? |
21 | 8 | Su simiente con ellos, compuesta delante de ellos; Y sus renuevos delante de sus ojos. |
21 | 9 | Sus casas seguras de temor, Ni hay azote de Dios sobre ellos. |
21 | 10 | Sus vacas conciben, no abortan; Paren sus vacas, y no malogran su cría. |
21 | 11 | Salen sus chiquitos como manada, Y sus hijos andan saltando. |
21 | 12 | Al son de tamboril y cítara saltan, Y se huelgan al son del órgano. |
21 | 13 | Gastan sus días en bien, Y en un momento descienden á la sepultura. |
21 | 14 | Dicen pues á Dios: Apártate de nosotros, Que no queremos el conocimiento de tus caminos. |
21 | 15 | ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos á él? |
21 | 16 | He aquí que su bien no está en manos de ellos: El consejo de los impíos lejos esté de mí. |
21 | 17 | ¡Oh cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, Y viene sobre ellos su quebranto, Y Dios en su ira les reparte dolores! |
21 | 18 | Serán como la paja delante del viento, Y como el tamo que arrebata el torbellino. |
21 | 19 | Dios guardará para sus hijos su violencia; Y le dará su pago, para que conozca. |
21 | 20 | Verán sus ojos su quebranto, Y beberá de la ira del Todopoderoso. |
21 | 21 | Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí, Siendo cortado el número de sus meses? |
21 | 22 | ¿Enseñará alguien á Dios sabiduría, Juzgando él á los que están elevados? |
21 | 23 | Este morirá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico. |
21 | 24 | Sus colodras están llenas de leche, Y sus huesos serán regados de tuétano. |
21 | 25 | Y estotro morirá en amargura de ánimo, Y no habiendo comido jamás con gusto. |
21 | 26 | Igualmente yacerán ellos en el polvo, Y gusanos los cubrirán. |
21 | 27 | He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, Y las imaginaciones que contra mí forjáis. |
21 | 28 | Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, Y qué de la tienda de las moradas de los impíos? |
21 | 29 | ¿No habéis preguntado á los que pasan por los caminos, Por cuyas señas no negaréis, |
21 | 30 | Que el malo es reservado para el día de la destrucción? Presentados serán en el día de las iras. |
21 | 31 | ¿Quién le denunciará en su cara su camino? Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago? |
21 | 32 | Porque llevado será él á los sepulcros, Y en el montón permanecerá. |
21 | 33 | Los terrones del valle le serán dulces; Y tras de él será llevado todo hombre, Y antes de él han ido innumerables. |
21 | 34 | ¿Cómo pues me consoláis en vano, Viniendo á parar vuestras respuestas en falacia? |
22 | 1 | Y RESPONDIO Eliphaz Temanita, y dijo: |
22 | 2 | ¿Traerá el hombre provecho á Dios, Porque el sabio sea provechoso á sí mismo? |
22 | 3 | ¿Tiene su contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado, O provecho de que tú hagas perfectos tus caminos? |
22 | 4 | ¿Castigaráte acaso, O vendrá contigo á juicio porque te teme? |
22 | 5 | Por cierto tu malicia es grande, Y tus maldades no tienen fin. |
22 | 6 | Porque sacaste prenda á tus hermanos sin causa, E hiciste desnudar las ropas de los desnudos. |
22 | 7 | No diste de beber agua al cansado, Y detuviste el pan al hambriento. |
22 | 8 | Empero el hombre pudiente tuvo la tierra; Y habitó en ella el distinguido. |
22 | 9 | Las viudas enviaste vacías, Y los brazos de los huérfanos fueron quebrados. |
22 | 10 | Por tanto hay lazos alrededor de ti, Y te turba espanto repentino; |
22 | 11 | O tinieblas, porque no veas; Y abundancia de agua te cubre. |
22 | 12 | ¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están. |
22 | 13 | ¿Y dirás tú: Qué sabe Dios? ¿Cómo juzgará por medio de la oscuridad? |
22 | 14 | Las nubes son su escondedero, y no ve; Y por el circuito del cielo se pasea. |
22 | 15 | ¿Quieres tú guardar la senda antigua, Que pisaron los hombres perversos? |
22 | 16 | Los cuales fueron cortados antes de tiempo, Cuyo fundamento fué como un río derramado: |
22 | 17 | Que decían á Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les había hecho el Omnipotente? |
22 | 18 | Habíales él henchido sus casas de bienes. Sea empero el consejo de ellos lejos de mí. |
22 | 19 | Verán los justos y se gozarán; Y el inocente los escarnecerá, diciendo: |
22 | 20 | Fué cortada nuestra sustancia, Habiendo consumido el fuego el resto de ellos. |
22 | 21 | Amístate ahora con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien. |
22 | 22 | Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón. |
22 | 23 | Si te tornares al Omnipotente, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción; |
22 | 24 | Y tendrás más oro que tierra, Y como piedras de arroyos oro de Ophir; |
22 | 25 | Y el Todopoderoso será tu defensa, Y tendrás plata á montones. |
22 | 26 | Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás á Dios tu rostro. |
22 | 27 | Orarás á él, y él te oirá; Y tú pagarás tus votos. |
22 | 28 | Determinarás asimismo una cosa, y serte ha firme; Y sobre tus caminos resplandecerá luz. |
22 | 29 | Cuando fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento habrá: Y Dios salvará al humilde de ojos. |
22 | 30 | El libertará la isla del inocente; Y por la limpieza de tus manos será librada. |
23 | 1 | Y RESPONDIO Job, y dijo: |
23 | 2 | Hoy también hablaré con amargura; Que es más grave mi llaga que mi gemido. |
23 | 3 | ¡Quién me diera el saber dónde hallar á Dios! Yo iría hasta su silla. |
23 | 4 | Ordenaría juicio delante de él, Y henchiría mi boca de argumentos. |
23 | 5 | Yo sabría lo que él me respondería, Y entendería lo que me dijese. |
23 | 6 | ¿Pleitearía conmigo con grandeza de fuerza? No: antes él la pondría en mí. |
23 | 7 | Allí el justo razonaría con él: Y escaparía para siempre de mi juez. |
23 | 8 | He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré: |
23 | 9 | Si al norte él obrare, yo no lo veré; Al mediodía se esconderá, y no lo veré. |
23 | 10 | Mas él conoció mi camino: Probaráme, y saldré como oro. |
23 | 11 | Mis pies tomaron su rastro; Guardé su camino, y no me aparté. |
23 | 12 | Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida. |
23 | 13 | Empero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, é hizo. |
23 | 14 | El pues acabará lo que ha determinado de mí: Y muchas cosas como estas hay en él. |
23 | 15 | Por lo cual yo me espanto en su presencia: Consideraré, y temerélo. |
23 | 16 | Dios ha enervado mi corazón, Y hame turbado el Omnipotente. |
23 | 17 | ¿Por qué no fuí yo cortado delante de las tinieblas, Y cubrió con oscuridad mi rostro? |
24 | 1 | PUESTO que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿Por qué los que le conocen no ven sus días? |
24 | 2 | Traspasan los términos, Roban los ganados, y apaciéntanlos. |
24 | 3 | Llévanse el asno de los huérfanos; Prenden el buey de la viuda. |
24 | 4 | Hacen apartar del camino á los menesterosos: Y todos los pobres de la tierra se esconden. |
24 | 5 | He aquí, como asnos monteses en el desierto, Salen á su obra madrugando para robar; El desierto es mantenimiento de sus hijos. |
24 | 6 | En el campo siegan su pasto, Y los impíos vendimian la viña ajena. |
24 | 7 | Al desnudo hacen dormir sin ropa, Y que en el frío no tenga cobertura. |
24 | 8 | Con las avenidas de los montes se mojan, Y abrazan las peñas sin tener abrigo. |
24 | 9 | Quitan el pecho á los huérfanos, Y de sobre el pobre toman la prenda. |
24 | 10 | Al desnudo hacen andar sin vestido, Y á los hambrientos quitan los hacecillos. |
24 | 11 | De dentro de sus paredes exprimen el aceite, Pisan los lagares, y mueren de sed. |
24 | 12 | De la ciudad gimen los hombres, Y claman las almas de los heridos de muerte: Mas Dios no puso estorbo. |
24 | 13 | Ellos son los que, rebeldes á la luz, Nunca conocieron sus caminos, Ni estuvieron en sus veredas. |
24 | 14 | A la luz se levanta el matador, mata al pobre y al necesitado, Y de noche es como ladrón. |
24 | 15 | El ojo del adúltero está aguardando la noche, Diciendo: No me verá nadie: Y esconde su rostro. |
24 | 16 | En las tinieblas minan las casas, Que de día para sí señalaron; No conocen la luz. |
24 | 17 | Porque la mañana es á todos ellos como sombra de muerte; Si son conocidos, terrores de sombra de muerte los toman. |
24 | 18 | Son instables más que la superficie de las aguas; Su porción es maldita en la tierra; No andarán por el camino de las viñas. |
24 | 19 | La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve; Y el sepulcro á los pecadores. |
24 | 20 | Olvidaráse de ellos el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura; Nunca más habrá de ellos memoria, Y como un árbol serán los impíos quebrantados. |
24 | 21 | A la mujer estéril que no paría, afligió; Y á la viuda nunca hizo bien. |
24 | 22 | Mas á los fuertes adelantó con su poder: Levantóse, y no se da por segura la vida. |
24 | 23 | Le dieron á crédito, y se afirmó: Sus ojos están sobre los caminos de ellos. |
24 | 24 | Fueron ensalzados por un poco, mas desaparecen, Y son abatidos como cada cual: serán encerrados, Y cortados como cabezas de espigas. |
24 | 25 | Y si no, ¿quién me desmentirá ahora, O reducirá á nada mis palabras? |
25 | 1 | Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo: |
25 | 2 | El señorío y el temor están con él: El hace paz en sus alturas. |
25 | 3 | ¿Tienen sus ejércitos número? ¿Y sobre quién no está su luz? |
25 | 4 | ¿Cómo pues se justificará el hombre con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer? |
25 | 5 | He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos. |
25 | 6 | ¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, Y el hijo de hombre, también gusano? |
26 | 1 | Y RESPONDIO Job, y dijo: |
26 | 2 | ¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Has amparado al brazo sin fortaleza? |
26 | 3 | ¿En qué aconsejaste al que no tiene ciencia, Y mostraste bien sabiduría? |
26 | 4 | ¿A quién has anunciado palabras, Y cuyo es el espíritu que de ti sale? |
26 | 5 | Cosas inanimadas son formadas Debajo de las aguas, y los habitantes de ellas. |
26 | 6 | El sepulcro es descubierto delante de él, Y el infierno no tiene cobertura. |
26 | 7 | Extiende el alquilón sobre vacío, Cuelga la tierra sobre nada. |
26 | 8 | Ata las aguas en sus nubes, Y las nubes no se rompen debajo de ellas. |
26 | 9 | El restriñe la faz de su trono, Y sobre él extiende su nube. |
26 | 10 | El cercó con término la superficie de las aguas, Hasta el fin de la luz y las tinieblas. |
26 | 11 | Las columnas del cielo tiemblan, Y se espantan de su reprensión. |
26 | 12 | El rompe la mar con su poder, Y con su entendimiento hiere la hinchazón suya. |
26 | 13 | Su espíritu adornó los cielos; Su mano crió la serpiente tortuosa. |
26 | 14 | He aquí, estas son partes de sus caminos: ¡Mas cuán poco hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo detendrá? |
27 | 1 | Y REASUMIO Job su discurso, y dijo: |
27 | 2 | Vive Dios, el cual ha apartado mi causa, Y el Omnipotente, que amargó el alma mía, |
27 | 3 | Que todo el tiempo que mi alma estuviere en mí, Y hubiere hálito de Dios en mis narices, |
27 | 4 | Mis labios no hablarán iniquidad, Ni mi lengua pronunciará engaño. |
27 | 5 | Nunca tal acontezca que yo os justifique: Hasta morir no quitaré de mí mi integridad. |
27 | 6 | Mi justicia tengo asida, y no la cederé: No me reprochará mi corazón en el tiempo de mi vida. |
27 | 7 | Sea como el impío mi enemigo, Y como el inicuo mi adversario. |
27 | 8 | Porque ¿cuál es la esperanza del hipócrita, por mucho que hubiere robado, Cuando Dios arrebatare su alma? |
27 | 9 | ¿Oirá Dios su clamor Cuando la tribulación sobre él viniere? |
27 | 10 | ¿Deleitaráse en el Omnipotente? ¿Invocará á Dios en todo tiempo? |
27 | 11 | Yo os enseñaré en orden á la mano de Dios: No esconderé lo que hay para con el Omnipotente. |
27 | 12 | He aquí que todos vosotros lo habéis visto: ¿Por qué pues os desvanecéis con fantasía? |
27 | 13 | Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, Y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente. |
27 | 14 | Si sus hijos fueren multiplicados, serán para el cuchillo; Y sus pequeños no se hartarán de pan; |
27 | 15 | Los que le quedaren, en muerte serán sepultados; Y no llorarán sus viudas. |
27 | 16 | Si amontonare plata como polvo, Y si preparare ropa como lodo; |
27 | 17 | Habrála él preparado, mas el justo se vestirá, Y el inocente repartirá la plata. |
27 | 18 | Edificó su casa como la polilla, Y cual cabaña que el guarda hizo. |
27 | 19 | El rico dormirá, mas no será recogido: Abrirá sus ojos, mas él no será. |
27 | 20 | Asirán de él terrores como aguas: Torbellino lo arrebatará de noche. |
27 | 21 | Lo antecogerá el solano, y partirá; Y tempestad lo arrebatará del lugar suyo. |
27 | 22 | Dios pues descargará sobre él, y no perdonará: Hará él por huir de su mano. |
27 | 23 | Batirán sus manos sobre él, Y desde su lugar le silbarán. |
28 | 1 | CIERTAMENTE la plata tiene sus veneros, Y el oro lugar donde se forma. |
28 | 2 | El hierro se saca del polvo, Y de la piedra es fundido el metal. |
28 | 3 | A las tinieblas puso término, Y examina todo á la perfección, Las piedras que hay en la oscuridad y en la sombra de muerte. |
28 | 4 | Brota el torrente de junto al morador, Aguas que el pie había olvidado: Sécanse luego, vanse del hombre. |
28 | 5 | De la tierra nace el pan, Y debajo de ella estará como convertida en fuego. |
28 | 6 | Lugar hay cuyas piedras son zafiro, Y sus polvos de oro. |
28 | 7 | Senda que nunca la conoció ave, Ni ojo de buitre la vió: |
28 | 8 | Nunca la pisaron animales fieros, Ni león pasó por ella. |
28 | 9 | En el pedernal puso su mano, Y trastornó los montes de raíz. |
28 | 10 | De los peñascos cortó ríos, Y sus ojos vieron todo lo preciado. |
28 | 11 | Detuvo los ríos en su nacimiento, E hizo salir á luz lo escondido. |
28 | 12 | Empero ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la prudencia? |
28 | 13 | No conoce su valor el hombre, Ni se halla en la tierra de los vivientes. |
28 | 14 | El abismo dice: No está en mí: Y la mar dijo: Ni conmigo. |
28 | 15 | No se dará por oro, Ni su precio será á peso de plata. |
28 | 16 | No puede ser apreciada con oro de Ophir, Ni con onique precioso, ni con zafiro. |
28 | 17 | El oro no se le igualará, ni el diamante; Ni se trocará por vaso de oro fino. |
28 | 18 | De coral ni de perlas no se hará mención: La sabiduría es mejor que piedras preciosas. |
28 | 19 | No se igualará con ella esmeralda de Ethiopía; No se podrá apreciar con oro fino. |
28 | 20 | ¿De dónde pues vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia? |
28 | 21 | Porque encubierta está á los ojos de todo viviente, y á toda ave del cielo es oculta. |
28 | 22 | El infierno y la muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos. |
28 | 23 | Dios entiende el camino de ella, Y él conoce su lugar. |
28 | 24 | Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve debajo de todo el cielo. |
28 | 25 | Al dar peso al viento, Y poner las aguas por medida; |
28 | 26 | Cuando él hizo ley á la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos: |
28 | 27 | Entonces la veía él, y la manifestaba: Preparóla y descubrióla también. |
28 | 28 | Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal la inteligencia. |
29 | 1 | Y VOLVIO Job á tomar su propósito, y dijo: |
29 | 2 | ¡Quién me tornase como en los meses pasados, Como en los días que Dios me guardaba, |
29 | 3 | Cuando hacía resplandecer su candela sobre mi cabeza, A la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad; |
29 | 4 | Como fué en los días de mi mocedad, Cuando el secreto de Dios estaba en mi tienda; |
29 | 5 | Cuando aún el Omnipotente estaba conmigo, Y mis hijos alrededor de mi; |
29 | 6 | Cuando lavaba yo mis caminos con manteca, Y la piedra me derramaba ríos de aceite! |
29 | 7 | Cuando salía á la puerta á juicio, Y en la plaza hacía preparar mi asiento, |
29 | 8 | Los mozos me veían, y se escondían; Y los viejos se levantaban, y estaban en pie; |
29 | 9 | Los príncipes detenían sus palabras, Ponían la mano sobre su boca; |
29 | 10 | La voz de los principales se ocultaba, Y su lengua se pegaba á su paladar: |
29 | 11 | Cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, Y los ojos que me veían, me daban testimonio: |
29 | 12 | Porque libraba al pobre que gritaba, Y al huérfano que carecía de ayudador. |
29 | 13 | La bendición del que se iba á perder venía sobre mí; Y al corazón de la viuda daba alegría. |
29 | 14 | Vestíame de justicia, y ella me vestía como un manto; Y mi toca era juicio. |
29 | 15 | Yo era ojos al ciego, Y pies al cojo. |
29 | 16 | A los menesterosos era padre; Y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia: |
29 | 17 | Y quebraba los colmillos del inicuo, Y de sus dientes hacía soltar la presa. |
29 | 18 | Y decía yo: En mi nido moriré, Y como arena multiplicaré días. |
29 | 19 | Mi raíz estaba abierta junto á las aguas, Y en mis ramas permanecía el rocío. |
29 | 20 | Mi honra se renovaba en mí, Y mi arco se corroboraba en mi mano. |
29 | 21 | Oíanme, y esperaban; Y callaban á mi consejo. |
29 | 22 | Tras mi palabra no replicaban, Y mi razón destilaba sobre ellos. |
29 | 23 | Y esperábanme como á la lluvia, Y abrían su boca como á la lluvia tardía. |
29 | 24 | Si me reía con ellos, no lo creían: Y no abatían la luz de mi rostro. |
29 | 25 | Calificaba yo el camino de ellos, y sentábame en cabecera; Y moraba como rey en el ejército, Como el que consuela llorosos. |
30 | 1 | MAS ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; Cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado. |
30 | 2 | Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, En los cuales había perecido con el tiempo? |
30 | 3 | Por causa de la pobreza y del hambre andaban solos; Huían á la soledad, á lugar tenebroso, asolado y desierto. |
30 | 4 | Que cogían malvas entre los arbustos, Y raíces de enebro para calentarse. |
30 | 5 | Eran echados de entre las gentes, Y todos les daban grita como al ladrón. |
30 | 6 | Habitaban en las barrancas de los arroyos, En las cavernas de la tierra, y en las rocas. |
30 | 7 | Bramaban entre las matas, Y se reunían debajo de las espinas. |
30 | 8 | Hijos de viles, y hombres sin nombre, Más bajos que la misma tierra. |
30 | 9 | Y ahora yo soy su canción, Y he sido hecho su refrán. |
30 | 10 | Abomínanme, aléjanse de mí, Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva. |
30 | 11 | Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro. |
30 | 12 | A la mano derecha se levantaron los jóvenes; Empujaron mis pies, Y sentaron contra mí las vías de su ruina. |
30 | 13 | Mi senda desbarataron, Aprovecháronse de mi quebrantamiento, Contra los cuales no hubo ayudador. |
30 | 14 | Vinieron como por portillo ancho, Revolviéronse á mi calamidad. |
30 | 15 | Hanse revuelto turbaciones sobre mí; Combatieron como viento mi alma, Y mi salud pasó como nube |
30 | 16 | Y ahora mi alma está derramada en mí; Días de aflicción me han aprehendido. |
30 | 17 | De noche taladra sobre mí mis huesos, Y mis pulsos no reposan. |
30 | 18 | Con la grande copia de materia mi vestidura está demudada; Cíñeme como el cuello de mi túnica. |
30 | 19 | Derribóme en el lodo, Y soy semejante al polvo y á la ceniza. |
30 | 20 | Clamo á ti, y no me oyes; Preséntome, y no me atiendes. |
30 | 21 | Haste tornado cruel para mí: Con la fortaleza de tu mano me amenazas. |
30 | 22 | Levantásteme, é hicísteme cabalgar sobre el viento, Y disolviste mi sustancia. |
30 | 23 | Porque yo conozco que me reduces á la muerte; Y á la casa determinada á todo viviente. |
30 | 24 | Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro; ¿Clamarán los sepultados cuando él los quebrantare? |
30 | 25 | ¿No lloré yo al afligido? Y mi alma ¿no se entristeció sobre el menesteroso? |
30 | 26 | Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal; Y cuando esperaba luz, la oscuridad vino. |
30 | 27 | Mis entrañas hierven, y no reposan; Días de aflicción me han sobrecogido. |
30 | 28 | Denegrido ando, y no por el sol: Levantádome he en la congregación, y clamado. |
30 | 29 | He venido á ser hermano de los dragones, Y compañero de los buhos. |
30 | 30 | Mi piel está denegrida sobre mí, Y mis huesos se secaron con ardentía. |
30 | 31 | Y hase tornado mi arpa en luto, Y mi órgano en voz de lamentadores. |
31 | 1 | HICE pacto con mis ojos: ¿Cómo pues había yo de pensar en virgen? |
31 | 2 | Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, Y qué heredad el Omnipotente de las alturas? |
31 | 3 | ¿No hay quebrantamiento para el impío, Y extrañamiento para los que obran iniquidad? |
31 | 4 | ¿No ve él mis caminos, Y cuenta todos mis pasos? |
31 | 5 | Si anduve con mentira, Y si mi pie se apresuró á engaño, |
31 | 6 | Péseme Dios en balanzas de justicia, Y conocerá mi integridad. |
31 | 7 | Si mis pasos se apartaron del camino, Y si mi corazón se fué tras mis ojos, Y si algo se apegó á mis manos, |
31 | 8 | Siembre yo, y otro coma, Y mis verduras sean arrancadas. |
31 | 9 | Si fué mi corazón engañado acerca de mujer, Y si estuve acechando á la puerta de mi prójimo: |
31 | 10 | Muela para otro mi mujer, Y sobre ella otros se encorven. |
31 | 11 | Porque es maldad é iniquidad, Que han de castigar los jueces. |
31 | 12 | Porque es fuego que devoraría hasta el sepulcro, Y desarraigaría toda mi hacienda. |
31 | 13 | Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, Cuando ellos pleitearan conmigo, |
31 | 14 | ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él visitara, ¿qué le respondería yo? |
31 | 15 | El que en el vientre me hizo á mí, ¿no lo hizo á él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz? |
31 | 16 | Si estorbé el contento de los pobres, E hice desfallecer los ojos de la viuda; |
31 | 17 | Y si comí mi bocado solo, Y no comió de él el huerfano; |
31 | 18 | (Porque desde mi mocedad creció conmigo como con padre, Y desde el vientre de mi madre fuí guía de la viuda;) |
31 | 19 | Si he visto que pereciera alguno sin vestido, Y al menesteroso sin cobertura; |
31 | 20 | Si no me bendijeron sus lomos, Y del vellón de mis ovejas se calentaron; |
31 | 21 | Si alcé contra el huérfano mi mano, Aunque viese que me ayudarían en la puerta; |
31 | 22 | Mi espalda se caiga de mi hombro, Y mi brazo sea quebrado de mi canilla. |
31 | 23 | Porque temí el castigo de Dios, Contra cuya alteza yo no tendría poder. |
31 | 24 | Si puse en oro mi esperanza, Y dije al oro: Mi confianza eres tú; |
31 | 25 | Si me alegré de que mi hacienda se multiplicase, Y de que mi mano hallase mucho; |
31 | 26 | Si he mirado al sol cuando resplandecía, Y á la luna cuando iba hermosa, |
31 | 27 | Y mi corazón se engañó en secreto, Y mi boca besó mi mano: |
31 | 28 | Esto también fuera maldad juzgada; Porque habría negado al Dios soberano. |
31 | 29 | Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, Y me regocijé cuando le halló el mal; |
31 | 30 | (Que ni aun entregué al pecado mi paladar, Pidiendo maldición para su alma;) |
31 | 31 | Cuando mis domésticos decían: ¡Quién nos diese de su carne! nunca nos hartaríamos. |
31 | 32 | El extranjero no tenía fuera la noche; Mis puertas abría al caminante. |
31 | 33 | Si encubrí, como los hombres mis prevaricaciones, Escondiendo en mi seno mi iniquidad; |
31 | 34 | Porque quebrantaba á la gran multitud, Y el menosprecio de las familias me atemorizó, Y callé, y no salí de mi puerta: |
31 | 35 | ¡Quién me diera quien me oyese! He aquí mi impresión es que el Omnipotente testificaría por mí, Aunque mi adversario me hiciera el proceso. |
31 | 36 | Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, Y me lo ataría en lugar de corona. |
31 | 37 | Yo le contaría el número de mis pasos, Y como príncipe me llegaría á él. |
31 | 38 | Si mi tierra clama contra mí, Y lloran todos sus surcos; |
31 | 39 | Si comí su sustancia sin dinero, O afligí el alma de sus dueños; |
31 | 40 | En lugar de trigo me nazcan abrojos, Y espinas en lugar de cebada. |
32 | 1 | Y CESARON estos tres varones de responder á Job, por cuanto él era justo en sus ojos. |
32 | 2 | Entonces Eliú hijo de Barachêl, Bucita, de la familia de Ram, se enojó con furor contra Job: enojóse con furor, por cuanto justificaba su vida más que á Dios. |
32 | 3 | Enojóse asimismo con furor contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado á Job. |
32 | 4 | Y Eliú había esperado á Job en la disputa, porque eran más viejos de días que él. |
32 | 5 | Empero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquelllos tres varones, su furor se encendió. |
32 | 6 | Y respondió Eliú hijo de Barachêl, Buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; He tenido por tanto miedo, y temido declararos mi opinión. |
32 | 7 | Yo decía: Los días hablarán, Y la muchedumbre de años declarará sabiduría. |
32 | 8 | Ciertamente espíritu hay en el hombre, E inspiración del Omnipotente los hace que entiendan. |
32 | 9 | No los grandes son los sabios, Ni los viejos entienden el derecho. |
32 | 10 | Por tanto yo dije: Escuchadme; Declararé yo también mi sabiduría. |
32 | 11 | He aquí yo he esperado á vuestras razones, He escuchado vuestros argumentos, En tanto que buscabais palabras. |
32 | 12 | Os he pues prestado atención, Y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya á Job, Y responda á sus razones. |
32 | 13 | Porque no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría: Lanzólo Dios, no el hombre. |
32 | 14 | Ahora bien, Job no enderezó á mí sus palabras, Ni yo le responderé con vuestras razones. |
32 | 15 | Espantáronse, no respondieron más; Fuéronseles los razonamientos. |
32 | 16 | Yo pues he esperado, porque no hablaban, Antes pararon, y no respondieron más. |
32 | 17 | Por eso yo también responderé mi parte, También yo declararé mi juicio. |
32 | 18 | Porque lleno estoy de palabras, Y el espíritu de mi vientre me constriñe. |
32 | 19 | De cierto mi vientre está como el vino que no tiene respiradero, Y se rompe como odres nuevos. |
32 | 20 | Hablaré pues y respiraré; Abriré mis labios, y responderé. |
32 | 21 | No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con hombre de lisonjeros títulos. |
32 | 22 | Porque no sé hablar lisonjas: De otra manera en breve mi Hacedor me consuma. |
33 | 1 | POR tanto, Job, oye ahora mis razones, Y escucha todas mis palabras. |
33 | 2 | He aquí yo abriré ahora mi boca, Y mi lengua hablará en mi garganta. |
33 | 3 | Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, Y mis labios proferirán pura sabiduría. |
33 | 4 | El espíritu de Dios me hizo, Y la inspiración del Omnipotente me dió vida. |
33 | 5 | Si pudieres, respóndeme: Dispón tus palabras, está delante de mí. |
33 | 6 | Heme aquí á mí en lugar de Dios, conforme á tu dicho: De lodo soy yo también formado. |
33 | 7 | He aquí que mi terror no te espantará, Ni mi mano se agravará sobre ti. |
33 | 8 | De cierto tú dijiste á oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que decían: |
33 | 9 | Yo soy limpio y sin defecto; Y soy inocente, y no hay maldad en mí. |
33 | 10 | He aquí que él buscó achaques contra mí, Y me tiene por su enemigo; |
33 | 11 | Puso mis pies en el cepo, Y guardó todas mis sendas. |
33 | 12 | He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre. |
33 | 13 | ¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. |
33 | 14 | Sin embargo, en una ó en dos maneras habla Dios; Mas el hombre no entiende. |
33 | 15 | Por sueño de visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho; |
33 | 16 | Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo; |
33 | 17 | Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la soberbia. |
33 | 18 | Detendrá su alma de corrupción, Y su vida de que pase á cuchillo. |
33 | 19 | También sobre su cama es castigado Con dolor fuerte en todos sus huesos, |
33 | 20 | Que le hace que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave. |
33 | 21 | Su carne desfallece sin verse, Y sus huesos, que antes no se veían, aparecen. |
33 | 22 | Y su alma se acerca al sepulcro, Y su vida á los que causan la muerte. |
33 | 23 | Si tuviera cerca de él Algún elocuente anunciador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber; |
33 | 24 | Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención: |
33 | 25 | Enterneceráse su carne más que de niño, Volverá á los días de su mocedad. |
33 | 26 | Orará á Dios, y le amará, Y verá su faz con júbilo: Y él restituirá al hombre su justicia. |
33 | 27 | El mira sobre los hombres; y el que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado; |
33 | 28 | Dios redimirá su alma, que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz. |
33 | 29 | He aquí, todas estas cosas hace Dios Dos y tres veces con el hombre; |
33 | 30 | Para apartar su alma del sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes. |
33 | 31 | Escucha, Job, y óyeme; Calla, y yo hablaré. |
33 | 32 | Que si tuvieres razones, respóndeme; Habla, porque yo te quiero justificar. |
33 | 33 | Y si no, óyeme tú á mí; Calla, y enseñarte he sabiduría. |
34 | 1 | ADEMAS respondió Eliú, y dijo: |
34 | 2 | Oid, sabios, mis palabras; Y vosotros, doctos, estadme atentos. |
34 | 3 | Porque el oído prueba las palabras, Como el paladar gusta para comer. |
34 | 4 | Escojamos para nosotros el juicio, Conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno; |
34 | 5 | Porque Job ha dicho: Yo soy justo, Y Dios me ha quitado mi derecho. |
34 | 6 | ¿He de mentir yo contra mi razón? Mi saeta es gravosa sin haber yo prevaricado. |
34 | 7 | ¿Qué hombre hay como Job, Que bebe el escarnio como agua? |
34 | 8 | Y va en compañía con los que obran iniquidad, Y anda con los hombres maliciosos. |
34 | 9 | Porque ha dicho: De nada servirá al hombre El conformar su voluntad con Dios. |
34 | 10 | Por tanto, varones de seso, oidme; Lejos esté de Dios la impiedad, Y del Omnipotente la iniquidad. |
34 | 11 | Porque él pagará al hombre según su obra, Y él le hará hallar conforme á su camino. |
34 | 12 | Sí, por cierto, Dios no hará injusticia, Y el Omnipotente no pervertirá el derecho. |
34 | 13 | ¿Quién visitó por él la tierra? ¿Y quién puso en orden todo el mundo? |
34 | 14 | Si él pusiese sobre el hombre su corazón, Y recogiese así su espíritu y su aliento, |
34 | 15 | Toda carne perecería juntamente, Y el hombre se tornaría en polvo. |
34 | 16 | Si pues hay en ti entendimiento, oye esto: Escucha la voz de mis palabras. |
34 | 17 | ¿Enseñorearáse el que aborrece juicio? ¿Y condenarás tú al que es tan justo? |
34 | 18 | ¿Hase de decir al rey: Perverso; Y á los príncipes: Impíos? |
34 | 19 | ¿Cuánto menos á aquel que no hace acepción de personas de príncipes, Ni el rico es de él más respetado que el pobre? Porque todos son obras de sus manos. |
34 | 20 | En un momento morirán, y á media noche Se alborotarán los pueblos, y pasarán, Y sin mano será quitado el poderoso. |
34 | 21 | Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre, Y ve todos sus pasos. |
34 | 22 | No hay tinieblas ni sombra de muerte Donde se encubran los que obran maldad. |
34 | 23 | No carga pues él al hombre más de lo justo, Para que vaya con Dios á juicio. |
34 | 24 | El quebrantará á los fuertes sin pesquisa, Y hará estar otros en su lugar. |
34 | 25 | Por tanto él hará notorias las obras de ellos, Cuando los trastornará en la noche, y serán quebrantados. |
34 | 26 | Como á malos los herirá En lugar donde sean vistos: |
34 | 27 | Por cuanto así se apartaron de él, Y no consideraron todos sus caminos; |
34 | 28 | Haciendo venir delante de él el clamor del pobre, Y que oiga el clamor de los necesitados. |
34 | 29 | Y si él diere reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre; |
34 | 30 | Haciendo que no reine el hombre hipócrita Para vejaciones del pueblo. |
34 | 31 | De seguro conviene se diga á Dios: Llevado he ya castigo, no más ofenderé: |
34 | 32 | Enséñame tú lo que yo no veo: Que si hice mal, no lo haré más. |
34 | 33 | ¿Ha de ser eso según tu mente? El te retribuirá, ora rehuses, Ora aceptes, y no yo: Di si no, lo que tú sabes. |
34 | 34 | Los hombres de seso dirán conmigo, Y el hombre sabio me oirá: |
34 | 35 | Que Job no habla con sabiduría, Y que sus palabras no son con entendimiento. |
34 | 36 | Deseo yo que Job sea probado ampliamente, A causa de sus respuestas por los hombres inicuos. |
34 | 37 | Porque á su pecado añadió impiedad: Bate las manos entre nosotros, Y contra Dios multiplica sus palabras. |
35 | 1 | Y PROCEDIENDO Eliú en su razonamiento, dijo: |
35 | 2 | ¿Piensas ser conforme á derecho Esto que dijiste: Más justo soy yo que Dios? |
35 | 3 | Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacarás tú de ello? ¿O qué provecho tendré de mi pecado? |
35 | 4 | Yo te responderé razones, Y á tus compañeros contigo. |
35 | 5 | Mira á los cielos, y ve, Y considera que las nubes son más altas que tú. |
35 | 6 | Si pecares, ¿qué habrás hecho contra él? Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué le harás tú? |
35 | 7 | Si fueres justo, ¿qué le darás á el? ¿O qué recibirá de tu mano? |
35 | 8 | Al hombre como tú dañará tu impiedad, Y al hijo del hombre aprovechará tu justicia. |
35 | 9 | A causa de la multitud de las violencias clamarán, Y se lamentarán por el poderío de los grandes. |
35 | 10 | Y ninguno dice: ¿Dónde está Dios mi Hacedor, Que da canciones en la noche, |
35 | 11 | Que nos enseña más que á las bestias de la tierra, Y nos hace sabios más que las aves del cielo? |
35 | 12 | Allí clamarán, y él no oirá, Por la soberbia de los malos. |
35 | 13 | Ciertamente Dios no oirá la vanidad, Ni la mirará el Omnipotente. |
35 | 14 | Aunque más digas, No lo mirará; Haz juicio delante de él, y en él espera. |
35 | 15 | Mas ahora, porque en su ira no visita, Ni conoce con rigor, |
35 | 16 | (35-15) Por eso Job abrió su boca vanamente, Y multiplica palabras sin sabiduría. |
36 | 1 | Y AñADIO Eliú, y dijo: |
36 | 2 | Espérame un poco, y enseñarte he; Porque todavía tengo razones en orden á Dios. |
36 | 3 | Tomaré mi noticia de lejos, Y atribuiré justicia á mi Hacedor. |
36 | 4 | Porque de cierto no son mentira mis palabras; Contigo está el que es íntegro en sus conceptos. |
36 | 5 | He aquí que Dios es grande, mas no desestima á nadie; Es poderoso en fuerza de sabiduría. |
36 | 6 | No otorgará vida al impío, Y á los afligidos dará su derecho. |
36 | 7 | No quitará sus ojos del justo; Antes bien con los reyes los pondrá en solio para siempre, Y serán ensalzados. |
36 | 8 | Y si estuvieren prendidos en grillos, Y aprisionados en las cuerdas de aflicción, |
36 | 9 | El les dará á conocer la obra de ellos, Y que prevalecieron sus rebeliones. |
36 | 10 | Despierta además el oído de ellos para la corrección, Y díce les que se conviertan de la iniquidad. |
36 | 11 | Si oyeren, y le sirvieren, Acabarán sus días en bien, y sus años en deleites. |
36 | 12 | Mas si no oyeren, serán pasados á cuchillo, Y perecerán sin sabiduría. |
36 | 13 | Empero los hipócritas de corazón lo irritarán más, Y no clamarán cuando él los atare. |
36 | 14 | Fallecerá el alma de ellos en su mocedad, Y su vida entre los sodomitas. |
36 | 15 | Al pobre librará de su pobreza, Y en la aflicción despertará su oído. |
36 | 16 | Asimismo te apartaría de la boca de la angustia A lugar espacioso, libre de todo apuro; Y te asentará mesa llena de grosura. |
36 | 17 | Mas tú has llenado el juicio del impío, En vez de sustentar el juicio y la justicia. |
36 | 18 | Por lo cual teme que en su ira no te quite con golpe, El cual no puedas apartar de ti con gran rescate. |
36 | 19 | ¿Hará él estima de tus riquezas, ni del oro, Ni de todas las fuerzas del poder? |
36 | 20 | No anheles la noche, En que desaparecen los pueblos de su lugar. |
36 | 21 | Guárdate, no tornes á la iniquidad; Pues ésta escogiste más bien que la aflicción. |
36 | 22 | He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿Qué enseñador semejante á él? |
36 | 23 | ¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Iniquidad has hecho? |
36 | 24 | Acuérdate de engrandecer su obra, La cual contemplan los hombres. |
36 | 25 | Los hombres todos la ven; Mírala el hombre de lejos. |
36 | 26 | He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; Ni se puede rastrear el número de sus años. |
36 | 27 | El reduce las gotas de las aguas, Al derramarse la lluvia según el vapor; |
36 | 28 | Las cuales destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres. |
36 | 29 | ¿Quién podrá tampoco comprender la extensión de las nubes, Y el sonido estrepitoso de su pabellón? |
36 | 30 | He aquí que sobre él extiende su luz, Y cobija con ella las raíces de la mar. |
36 | 31 | Bien que por esos medios castiga á los pueblos, A la multitud da comida. |
36 | 32 | Con las nubes encubre la luz, Y mándale no brillar, interponiendo aquéllas. |
36 | 33 | Tocante á ella anunciará el trueno, su compañero, Que hay acumulación de ira sobre el que se eleva. |
37 | 1 | A ESTO también se espanta mi corazón, Y salta de su lugar. |
37 | 2 | Oid atentamente su voz terrible, y el sonido que sale de su boca. |
37 | 3 | Debajo de todos los cielos lo dirige, Y su luz hasta los fines de la tierra. |
37 | 4 | Después de ella bramará el sonido, Tronará él con la voz de su magnificencia; Y aunque sea oída su voz, no los detiene. |
37 | 5 | Tronará Dios maravillosamente con su voz; El hace grandes cosas, que nosotros no entendemos. |
37 | 6 | Porque á la nieve dice: Desciende á la tierra; También á la llovizna, Y á los aguaceros de su fortaleza. |
37 | 7 | Así hace retirarse á todo hombre, Para que los hombres todos reconozcan su obra. |
37 | 8 | La bestia se entrará en su escondrijo, Y estaráse en sus moradas. |
37 | 9 | Del mediodía viene el torbellino, Y el frío de los vientos del norte. |
37 | 10 | Por el soplo de Dios se da el hielo, Y las anchas aguas son constreñidas. |
37 | 11 | Regando también llega á disipar la densa nube, Y con su luz esparce la niebla. |
37 | 12 | Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, Para hacer sobre la haz del mundo, En la tierra, lo que él les mandara. |
37 | 13 | Unas veces por azote, otras pos causa de su tierra, Otras por misericordia las hará parecer. |
37 | 14 | Escucha esto, Job; Repósate, y considera las maravillas de Dios. |
37 | 15 | ¿Supiste tú cuándo Dios las ponía en concierto, Y hacía levantar la luz de su nube? |
37 | 16 | ¿Has tú conocido las diferencias de las nubes, Las maravillas del Perfecto en sabiduría? |
37 | 17 | ¿Por qué están calientes tus vestidos Cuando se fija el viento del mediodía sobre la tierra? |
37 | 18 | ¿Extendiste tú con él los cielos, Firmes como un espejo sólido? |
37 | 19 | Muéstranos qué le hemos de decir; Porque nosotros no podemos componer las ideas á causa de las tinieblas. |
37 | 20 | ¿Será preciso contarle cuando yo hablaré? Por más que el hombre razone, quedará como abismado. |
37 | 21 | He aquí aún: no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego que pasa el viento y los limpia, |
37 | 22 | Viniendo de la parte del norte la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible. |
37 | 23 | El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en potencia; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá. |
37 | 24 | Temerlo han por tanto los hombres: El no mira á los sabios de corazón. |
38 | 1 | Y RESPONDIO Jehová á Job desde un torbellino, y dijo: |
38 | 2 | ¿Quién es ése que oscurece el consejo Con palabras sin sabiduría? |
38 | 3 | Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y hazme saber tú. |
38 | 4 | ¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Házme lo saber, si tienes inteligencia. |
38 | 5 | ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? |
38 | 6 | ¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular, |
38 | 7 | Cuando las estrellas todas del alba alababan, Y se regocijaban todos los hijos de Dios? |
38 | 8 | ¿Quién encerró con puertas la mar, Cuando se derramaba por fuera como saliendo de madre; |
38 | 9 | Cuando puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad. |
38 | 10 | Y establecí sobre ella mi decreto, Y le puse puertas y cerrojo, |
38 | 11 | Y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, Y ahí parará la hinchazón de tus ondas? |
38 | 12 | ¿Has tu mandado á la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar, |
38 | 13 | Para que ocupe los fines de la tierra, Y que sean sacudidos de ella los impíos? |
38 | 14 | Trasmúdase como lodo bajo de sello, Y viene á estar como con vestidura: |
38 | 15 | Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, Y el brazo enaltecido es quebrantado. |
38 | 16 | ¿Has entrado tú hasta los profundos de la mar, Y has andado escudriñando el abismo? |
38 | 17 | ¿Hante sido descubiertas las puertas de la muerte, Y has visto las puertas de la sombra de muerte? |
38 | 18 | ¿Has tú considerado hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto. |
38 | 19 | ¿Por dónde va el camino á la habitación de la luz, Y dónde está el lugar de las tinieblas? |
38 | 20 | ¿Si llevarás tú ambas cosas á sus términos, Y entenderás las sendas de su casa? |
38 | 21 | ¿Sabíaslo tú porque hubieses ya nacido, O porque es grande el número de tus días? |
38 | 22 | ¿Has tú entrado en los tesoros de la nieve, O has visto los tesoros del granizo, |
38 | 23 | Lo cual tengo yo reservado para el tiempo de angustia, Para el día de la guerra y de la batalla? |
38 | 24 | ¿Por qué camino se reparte la luz, Y se esparce el viento solano sobre la tierra? |
38 | 25 | ¿Quién repartió conducto al turbión, Y camino á los relámpagos y truenos, |
38 | 26 | Haciendo llover sobre la tierra deshabitada, Sobre el desierto, donde no hay hombre, |
38 | 27 | Para hartar la tierra desierta é inculta, Y para hacer brotar la tierna hierba? |
38 | 28 | ¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío? |
38 | 29 | ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró? |
38 | 30 | Las aguas se endurecen á manera de piedra, Y congélase la haz del abismo. |
38 | 31 | ¿Podrás tú impedir las delicias de las Pléyades, O desatarás las ligaduras del Orión? |
38 | 32 | ¿Sacarás tú á su tiempo los signos de los cielos, O guiarás el Arcturo con sus hijos? |
38 | 33 | ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra? |
38 | 34 | ¿Alzarás tú á las nubes tu voz, Para que te cubra muchedumbre de aguas? |
38 | 35 | ¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y diránte ellos: Henos aquí? |
38 | 36 | ¿Quién puso la sabiduría en el interior? ¿O quién dió al entendimiento la inteligencia? |
38 | 37 | ¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace parar, |
38 | 38 | Cuando el polvo se ha convertido en dureza, Y los terrones se han pegado unos con otros? |
38 | 39 | (39-1) ¿CAZARAS tú la presa para el león? ¿Y saciarás el hambre de los leoncillos, |
38 | 40 | (39-2) Cuando están echados en las cuevas, O se están en sus guaridas para acechar? |
38 | 41 | (39-3) ¿Quién preparó al cuervo su alimento, Cuando sus pollos claman á Dios, Bullendo de un lado á otro por carecer de comida? |
39 | 1 | (39-4) ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo? |
39 | 2 | (39-5) ¿Contaste tú los meses de su preñez, Y sabes el tiempo cuando han de parir? |
39 | 3 | (39-6) Encórvanse, hacen salir sus hijos, Pasan sus dolores. |
39 | 4 | (39-7) Sus hijos están sanos, crecen con el pasto: Salen y no vuelven á ellas. |
39 | 5 | (39-8) ¿Quién echó libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras? |
39 | 6 | (39-9) Al cual yo puse casa en la soledad, Y sus moradas en lugares estériles. |
39 | 7 | (39-10) Búrlase de la multitud de la ciudad: No oye las voces del arriero. |
39 | 8 | (39-11) Lo oculto de los montes es su pasto, Y anda buscando todo lo que está verde. |
39 | 9 | (39-12) ¿Querrá el unicornio servirte á ti, Ni quedar á tu pesebre? |
39 | 10 | (39-13) ¿Atarás tú al unicornio con su coyunda para el surco? ¿Labrará los valles en pos de ti? |
39 | 11 | (39-14) ¿Confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, Y le fiarás tu labor? |
39 | 12 | (39-15) ¿Fiarás de él que te tornará tu simiente, Y que la allegará en tu era? |
39 | 13 | (39-16) ¿Diste tú hermosas alas al pavo real, O alas y plumas al avestruz? |
39 | 14 | (39-17) El cual desampara en la tierra sus huevos, Y sobre el polvo los calienta, |
39 | 15 | (39-18) Y olvídase de que los pisará el pie, Y que los quebrará bestia del campo. |
39 | 16 | (39-19) Endurécese para con sus hijos, como si no fuesen suyos, No temiendo que su trabajo haya sido en vano: |
39 | 17 | (39-20) Porque le privó Dios de sabiduría, Y no le dió inteligencia. |
39 | 18 | (39-21) Luego que se levanta en alto, Búrlase del caballo y de su jinete. |
39 | 19 | (39-22) ¿Diste tú al caballo la fortaleza? ¿Vestiste tú su cerviz de relincho? |
39 | 20 | (39-23) ¿Le intimidarás tú como á alguna langosta? El resoplido de su nariz es formidable: |
39 | 21 | (39-24) Escarba la tierra, alégrase en su fuerza, Sale al encuentro de las armas: |
39 | 22 | (39-25) Hace burla del espanto, y no teme, Ni vuelve el rostro delante de la espada. |
39 | 23 | (39-26) Contra él suena la aljaba, El hierro de la lanza y de la pica: |
39 | 24 | (39-27) Y él con ímpetu y furor escarba la tierra, Sin importarle el sonido de la bocina; |
39 | 25 | (39-28) Antes como que dice entre los clarines: ¡Ea! Y desde lejos huele la batalla, el grito de los capitanes, y la vocería. |
39 | 26 | (39-29) ¿Vuela el gavilán por tu industria, Y extiende hacia el mediodía sus alas? |
39 | 27 | (39-30) ¿Se remonta el águila por tu mandamiento, Y pone en alto su nido? |
39 | 28 | (39-31) Ella habita y está en la piedra, En la cumbre del peñasco y de la roca. |
39 | 29 | (39-32) Desde allí acecha la comida: Sus ojos observan de muy lejos. |
39 | 30 | (39-33) Sus pollos chupan la sangre: Y donde hubiere cadáveres, allí está. |
40 | 1 | (39-34) A más de eso respondió Jehová á Job y dijo: |
40 | 2 | (39-35) ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda á esto. |
40 | 3 | (39-36) Y respondió Job á Jehová, y dijo: |
40 | 4 | (39-37) He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. |
40 | 5 | (39-38) Una vez hablé, y no responderé: Aun dos veces, mas no tornaré á hablar. |
40 | 6 | (40-1) ENTONCES respondió Jehová á Job desde la oscuridad, y dijo: |
40 | 7 | (40-2) Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y explícame. |
40 | 8 | (40-3) ¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás á mí, para justificarte á ti? |
40 | 9 | (40-4) ¿Tienes tú brazo como Dios? ¿Y tronarás tú con voz como él? |
40 | 10 | (40-5) Atavíate ahora de majestad y de alteza: Y vístete de honra y de hermosura. |
40 | 11 | (40-6) Esparce furores de tu ira: Y mira á todo soberbio, y abátelo. |
40 | 12 | (40-7) Mira á todo soberbio, y humíllalo, Y quebranta á los impíos en su asiento. |
40 | 13 | (40-8) Encúbrelos á todos en el polvo, Venda sus rostros en la oscuridad; |
40 | 14 | (40-9) Y yo también te confesaré Que podrá salvarte tu diestra. |
40 | 15 | (40-10) He aquí ahora behemoth, al cual yo hice contigo; Hierba come como buey. |
40 | 16 | (40-11) He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, Y su fortaleza en el ombligo de su vientre. |
40 | 17 | (40-12) Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus genitales son entretejidos. |
40 | 18 | (40-13) Sus huesos son fuertes como bronce, Y sus miembros como barras de hierro. |
40 | 19 | (40-14) El es la cabeza de los caminos de Dios: El que lo hizo, puede hacer que su cuchillo á él se acerque. |
40 | 20 | (40-15) Ciertamente los montes producen hierba para él: Y toda bestia del campo retoza allá. |
40 | 21 | (40-16) Echaráse debajo de las sombras, En lo oculto de las cañas, y de los lugares húmedos. |
40 | 22 | (40-17) Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; Los sauces del arroyo lo cercan. |
40 | 23 | (40-18) He aquí que él tomará el río sin inmutarse: Y confíase que el Jordán pasará por su boca. |
40 | 24 | (40-19) ¿Tomarálo alguno por sus ojos en armadijos, Y horadará su nariz? |
41 | 1 | ¿SACARAS tú al leviathán con el anzuelo, O con la cuerda que le echares en su lengua? |
41 | 2 | ¿Pondrás tú garfio en sus narices, Y horadarás con espinas su quijada? |
41 | 3 | ¿Multiplicará él ruegos para contigo? ¿Hablaráte él lisonjas? |
41 | 4 | ¿Hará concierto contigo Para que lo tomes por siervo perpetuo? |
41 | 5 | ¿Jugarás tú con él como con pájaro, O lo atarás para tus niñas? |
41 | 6 | ¿Harán de él banquete los compañeros? ¿Partiránlo entre los mercaderes? |
41 | 7 | ¿Cortarás tú con cuchillo su cuero, O con asta de pescadores su cabeza? |
41 | 8 | Pon tu mano sobre él; Te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás. |
41 | 9 | He aquí que la esperanza acerca de él será burlada; Porque aun á su sola vista se desmayarán. |
41 | 10 | Nadie hay tan osado que lo despierte: ¿Quién pues podrá estar delante de mí? |
41 | 11 | ¿Quién me ha anticipado, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío. |
41 | 12 | Yo no callaré sus miembros, Ni lo de sus fuerzas y la gracia de su disposición. |
41 | 13 | ¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se llegará á él con freno doble? |
41 | 14 | ¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Los órdenes de sus dientes espantan. |
41 | 15 | La gloria de su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí estrechamente. |
41 | 16 | El uno se junta con el otro, Que viento no entra entre ellos. |
41 | 17 | Pegado está el uno con el otro, Están trabados entre sí, que no se pueden apartar. |
41 | 18 | Con sus estornudos encienden lumbre, Y sus ojos son como los párpados del alba. |
41 | 19 | De su boca salen hachas de fuego, Centellas de fuego proceden. |
41 | 20 | De sus narices sale humo, Como de una olla ó caldero que hierve. |
41 | 21 | Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama. |
41 | 22 | En su cerviz mora la fortaleza, Y espárcese el desaliento delante de él. |
41 | 23 | Las partes momias de su carne están apretadas: Están en él firmes, y no se mueven. |
41 | 24 | Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de abajo. |
41 | 25 | De su grandeza tienen temor los fuertes, Y á causa de su desfallecimiento hacen por purificarse. |
41 | 26 | Cuando alguno lo alcanzare, ni espada, Ni lanza, ni dardo, ni coselete durará. |
41 | 27 | El hierro estima por pajas, Y el acero por leño podrido. |
41 | 28 | Saeta no le hace huir; Las piedras de honda se le tornan aristas. |
41 | 29 | Tiene toda arma por hojarascas, Y del blandir de la pica se burla. |
41 | 30 | Por debajo tiene agudas conchas; Imprime su agudez en el suelo. |
41 | 31 | Hace hervir como una olla la profunda mar, Y tórnala como una olla de ungüento. |
41 | 32 | En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece que la mar es cana. |
41 | 33 | No hay sobre la tierra su semejante, Hecho para nada temer. |
41 | 34 | Menosprecia toda cosa alta: Es rey sobre todos los soberbios. |
42 | 1 | Y RESPONDIO Job á Jehová, y dijo: |
42 | 2 | Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. |
42 | 3 | ¿Quién es el que oscurece el consejo sin ciencia? Por tanto yo denunciaba lo que no entendía; Cosas que me eran ocultas, y que no las sabía. |
42 | 4 | Oye te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. |
42 | 5 | De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. |
42 | 6 | Por tanto me aborrezco, y me arrepiento En el polvo y en la ceniza. |
42 | 7 | Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras á Job, Jehová dijo á Eliphaz Temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros: porque no habéis hablado por mí lo recto, como mi siervo Job. |
42 | 8 | Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, y andad á mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto á él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job. |
42 | 9 | Fueron pues Eliphaz Temanita, y Bildad Suhita, y Sophar Naamatita, é hicieron como Jehová les dijo: y Jehová atendió á Job. |
42 | 10 | Y mudó Jehová la aflicción de Job, orando él por sus amigos: y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. |
42 | 11 | Y vinieron é él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y condoliéronse de él, y consoláronle de todo aquel mal que sobre él había Jehová traído; y cada uno de ellos le dió una pieza de moneda, y un zarcillo de oro. |
42 | 12 | Y bendijo Jehová la postrimería de Job más que su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas. |
42 | 13 | Y tuvo siete hijos y tres hijas. |
42 | 14 | Y llamó el nombre de la una, Jemimah, y el nombre de la segunda, Cesiah, y el nombre de la tercera, Keren-happuch. |
42 | 15 | Y no se hallaron mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra: y dióles su padre herencia entre sus hermanos. |
42 | 16 | Y después de esto vivió Job ciento y cuarenta años, y vió á sus hijos, y á los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. |
42 | 17 | Murió pues Job viejo, y lleno de días. |